Bueno, este proceso está más que repetido (y por tanto contrastado) y tampoco soy yo tan original como para salirme demasiado de los margenes estadísticos.
La quimio es acumulativa y llega el momento en que resulta un tremendo mazazo para la resistencia física. Si a eso le añadimos el brote de calor con que se despedía el verano, me ha caído encima un abatimiento brutal que a punto ha estado de contaminar desde las venas y el estómago hasta el alma.
Pero eso es un lujo que no me voy a permitir, no voy a soltar la rienda y me busco la manera de seguir al mando del tema.
La buena noticia: voy sabiendo fechas de fin, y vislumbrar un horizonte, aunque sólo sea de una de las etapas de esta historia y no del conjunto, significa un empujón de moral que me recarga de energía para seguir adelante.
Vamos, una sesión más dentro de un mes y a otra cosa.
La imagen la he pillado de http://www.joserodriguez.info/bloc