Han sido un montón de siglos desarrollando y depurando conceptos éticos y morales. Siglos en los que la palabra "humanidad" pasó de describir a un grupo a describir un atributo.
Muchos siglos también tratando difundir tales avances y traspasarlos a los sistemas de educación, por más restringidos y torpes que fueran.
Decenas y decenas de años avanzando en los derechos civiles, en las garantías sociales, en los sistemas de representación, en el acceso a la participación para gestionar la cosa pública, en el laicismo y los valores universales. Años con un altísimo coste de sangre y esfuerzo, heroísmos y decepciones; años también de logros, aunque ni generales ni equilibrados.
Muchos años aplicando los avances científicos a posibilitar que la comunicación y la información abrieran posibilidades inimaginables hasta este momento.
La pregunta es qué habremos hecho mal para que muchos de estos pasitos desaparezcan, para que bajo la consigna de la protección se reduzcan esos derechos y esas garantías, para que la desconfianza mande en nuestras relaciones, para que nos miremos de reojo los unos a los otros, para ponernos en una situación que creíamos superada.
No lo sé, tal vez haya sido que los avances de la humanidad se han asentado en grupos privilegiados, y que el disponer de tales medios se convirtió en la diferencia excluyente entre dominados y dominadores. Tal vez que se ha puesto más interés en acumular progreso en grupos restringidos que en hacerlo llegar todo alrededor, tal vez que la globalización en muchos temas no ha estado acompañada de una proporcional desaparición de banderas, fronteras y diferencias.
Tal vez es que moralmente no hayamos ido tan lejos como creíamos haber llegado, y seguimos siendo miedosos ante el diferente en raza, género, religión, tendencia u opinión. Muy cutres, muy torpes.
Tal vez es que no nos merezcamos disfrutar del progreso mientras la diferencia con la situación de otros sea un motivo de humillación.
No sé qué pensar, tengo demasiada tristeza.