viernes, 27 de junio de 2014

Y Santiago


Ya estoy aquí, si es que era el sitio al que quería venir.

No está tan claro.  Entrar en Santiago es algo inevitable, y sin cuya materialización esto quedaría bastante cojo, pero creo que casi nadie de los que han hecho el Camino, por más abrazos que se den en el centro de la plaza, sienta que esto es más un objetivo que una excusa.

Hay que hacerlo para poder entenderlo. En un cálculo muy aproximado he dado, más o menos, un millón y medio de pasos ¿para venir a Santiago? Ni de coña.

¿Entonces? Tal vez para darlos, para tener esas ya casi desconocidas sensaciones que he ido experimentando.

Para armarme de algo más y ver los días que tengo por delante diciéndome: "Buen Camino"





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