Cuando esta historia de las células enloquecidas está a punto de terminar, repaso qué cosas han sido determinantes para que la aventura esté transitando del modo en que lo hace: fácil, interesante y enriquecedor.
Seguro que no hay algo que sea más importante que el resto de elementos que intervienen, pero desordenadamente identifico con mucha facilidad algunas cosas como:
- La naturalidad, el saber que esto no es algo que me haya caído encima o venido desde fuera, sino que es parte de mi propio funcionamiento, y eso me hace vivir con ello sin entrar en conflictos o en falsas resignaciones.
- La atención, el escuchar muy atentamente al cuerpo y, una vez identificado un mensaje, establecer inmediatamente un diálogo con él, porque eso te lleva a profundizar con una eficiencia enorme.
- La curiosidad, que es lo que te hace estudiar, buscar información, comprender lo que está pasando, preguntar y no dejar esquinas sin revolver.
- La gratitud, por cada momento penoso terminado, cada gesto de cariño, cada paso avanzado, cada palabra, cada empujoncito, todos y cada uno de los granos de arena que sustentaban mi banquito en la playa... a todas estas cosas les he dado las gracias cada día, y para poder hacer eso antes he tenido que buscar mucho qué podía agradecer en cada momento, lo que me ha impedido distraerme con lo que podría entristecerme, impacientarme, asustarme
- Las personas, no tengo ni idea de si alguien me ha decepcionado en este año, porque posiblemente no estaba esperando grandes cosas, pero lo que he percibido de los de alrededor ha sido enorme, y muy sorprendente el descubrir la cercanía de algunas personas de las que no podía ni imaginarme que pudieran sentir tanto cariño.
