sábado, 25 de agosto de 2018

Lindsay Kemp

Cuando uno ha venido a maravillarse no puede, no quiere, olvidarse de estos momentos que son como un destello; momentos que iluminan, tal vez deslumbran, abren caminos y, en definitiva, nos hacen crecer.

Casi siempre son momentos generados por una persona, difícilmente existe algo con tanta capacidad de crear emociones.


Lindsay Kemp me hizo abrir los ojos como pocos artistas en la vida, trastocó valores que estaban anclados en una vieja educación, invirtió conceptos que ampliaron el horizonte... y subió el ritmo de las palpitaciones cada vez que accedía a sus obras y a las de sus ilustres seguidores.

Notre Dame des Fleurs, Las Sirvientas, Salomé... con esa maravillosa capacidad de hacer hibridación entre técnicas y disciplinas.

Gracias maestro, aquí no morirás nunca.


La imagen es de Listal.com

miércoles, 2 de mayo de 2018

Obsolescencia programada

Leo que la fábrica de guitarras Gibson está cerrando, y hace tiempo leí lo mismo de la de las motos Harley Davidson. La pérdida de mitos coincide con la pérdida de sueños.

Cuando a la desaparición imparable de tantas personas de referencia se suma la de los símbolos que nos dotan de cierta sensación de pertenencia, nos invade un vértigo verdaderamente pavoroso, fruto de nuestras propias contradicciones. 

Por una parte, hemos estado acumulando, y tal vez atesorando, un pretendido patrimonio de experiencias y conocimientos, pero por otra pretendemos sentirnos más ligeros de equipaje.

Sabemos que no paramos de envejecer desde el mismo momento en que venimos al mundo, pero seguro que, durante muchos años, hemos coqueteado con la ensoñación de que nuestra plenitud iba a ser eterna.

Nuestro biológico aumento de capacidad avanza en paralelo con el de las limitaciones, que harán su aparición en el momento más inoportuno.

Vale que cada vez tenemos menos personas, símbolos e ideas en las que apoyarnos, pero da miedo comprobar que nos faltan fuerzas para batir las alas y seguir volando solos.

¿Alguna conclusion? Pues que más vale saberlo y tenerlo claro para no llegar al final con la cara de idiota de quien se sorprende de lo obvio.


He cogido la imagen de la Asociacion Motera Makinas Bizkaia


jueves, 1 de febrero de 2018

Chirigotas


No me gustan especialmente los carnavales. En particular, las chirigotas me parecen poco graciosas y demasiado elaboradas como para representar algo fresco.

Naturalmente esto es una opinión y no un juicio, y me pasa porque no estoy en situación ni tengo anclajes culturales de ningún tipo con este acontecimiento.

Lo que si tengo muy claro, y eso sí que es un juicio, es que denunciar a una comparsa por delitos de odio político, racista o de género es una idiotez descomunal. Y lo que me parece más grave es lo que tiene de indicador de una moralidad de cartón piedra y de una estrechez mental bien lejos de lo que es, o ha sido, nuestra cultura. Olvidar la risa y reirse de otros y de uno mismo es una enorme pérdida.

Caemos vertiginosamente en los corsés de lo políticamente correcto y de un puritanismo sin sentido que me resulta alarmante. Estamos en la tendencia de discutir lo indiscutible y juzgar con criterios de hoy hechos pasados, cuando las escalas de valores se regían por unas reglas bien diferentes, y aunque fueran peores.

Claro, si acabamos de saber que será obligatorio anestesiar a las langostas antes de cocerlas, o que los panaderos solicitan que se eliminen ciertos refranes sobre la "comida de tontos", no debemos sorprendernos de casi nada.

Aunque si un día vemos que dejamos de sorprendernos e inquietarnos, ya será demasiado tarde para volver al sentido común.


La imagen es de elpasacalles