viernes, 22 de mayo de 2020

Me ratifico

Hace ya unas semanas que tomé la decisión de dejar de seguir las noticias, al menos con la rutina (medio ansiosa) que tenía antes, y sustituirlo por un acercamiento más pausado y manteniendo la distancia de seguridad que se recomienda ahora.

Es un intento de lograr el equilibrio entre la necesaria información que preciso para tener criterios y la salud emocional.

En ese ejercicio de revisión cautelosa de los medios, hoy he leído esto:

"Madrid 21/05/202017:43
EUROPA PRESS

El Parlament catalán ha aprobado en el pleno de este jueves el decreto ley 11/2020 por el que se adoptan medidas económicas, sociales y administrativas para paliar los efectos de la pandemia generada por la covid-19, un decreto que incluye además una subida del 0.9% de la asignación para exconsejeros y la actualización de las pensiones a expresidentes de la Generalitat".


Vamos a ver, que puede que no lo haya entendido bien, y que lo importante no es que la fuente sea Europa Press o que se refiera específicamente al parlamento catalán, esto es lo de menos. La cosa es celebrar que la capacidad de asombro se mantenga casi intacta, y eso es bueno como indicador de que no todo ni todos se ha ido por el desagüe.

Nada, a seguir contemplando el mundo desde una prudencial distancia, y nunca desde arriba. El ejercicio es cómo seguir sintiéndome concernido aunque no activo. No lo tengo resuelto.

Es la pelea entre la ética y la estética, por un lado, y la pereza por otro. Tal vez la desesperanza, aunque me cueste reconocerlo.