lunes, 16 de junio de 2025

El Hombre de la Risa Contagiosa

Siempre la encontré así, franca y abierta, y así es como quiero recordar siempre a Juan.


Descansa querido, después de tan dura resistencia.

domingo, 15 de junio de 2025

De San Cibrao a Viveiro

Lo previsto, una jornada sacamantecas.

Como es domingo, arranco sin desayunar ni esperanzas de encontrar nada hasta que acabe la jornada, así que me paso el día con nueces, fruta y agua. Y bien pudiera haber sido el día de un refuerzo de energía, porque el caminito lo exige.

Largo largo el muy canalla. He salido a las ocho menos algo y he llegado pasadas las cinco de la tarde, pero se le puede perdonar todo porque me ha ofrecido vistas impresionantes. 


Las buenas vistas tienen dos componentes: el primero es que he tenido un día super luminoso que convertía el mar en una paleta de verdes y turquesas increíbles, y el segundo es que lo he estado viendo desde lo alto. 

Muy alto. 


Y la altura no se mide solo en metros, que habrán estado sobre los 150/200, sino en que los he estado subiendo y bajando constantemente. Tendría que mirarlo en el perfil de la ruta, pero podría haber sido una docena de veces las que he repetido cada diente de sierra. 

Benditos bastones, sin duda no podría haberlo hecho sin ellos, y aún con ellos he llegado con la lengua fuera. 

Pero empecemos por el principio: como no puede ser de otra manera en San Cibrao, para salir hay que bordear la mole de la planta de aluminio hasta llegar a la preciosa Playa de Lago, que realmente tiene un lago y una enorme factoría de producción de rodaballos.


He parado aquí para quitarme la chupa y comerme un plátano y me aterroriza estar en un sitio tan bello bajo la balsa de lodos de la planta de aluminio. Es enorme y no quiero pensar la que armaría aquí un accidente como el de Aznalcollar. En fin, ingenieros tiene la iglesia….

Luego he caído en un extraño lugar como sacado de los relatos de ciencia ficción. Es un bosque de grandes piezas de hormigón con forma de doble T retorcida que supongo que se usarán en rompeolas, pero encontrarse en medio de miles de ellos es muy desconcertante. 


E inmediatamente ha empezado la montaña rusa. Sube, baja, sube, baja… Es el truco de las matemáticas: si se dice que el PROMEDIO de los días es con pendientes moderadas, y así lo he comprobado hasta hoy, es porque hay un día, y solo uno, que se vuelve loco sin que eso altere demasiado el promedio de los 10 días. Quién no se consuela es porque no quiere.

Y me consuelo a toro pasado porque ha sido un privilegio caminar por bosques de pinos y eucaliptos completamente tapizados de helechos mucho más grandes que yo, y con el mar calmadito a mis pies.


Me consuelo también porque he podido hacerlo y sobrevivirlo, ya que no deja de ser sorprendente cómo me responde el cuerpo. De la mente… confieso que a medio día he tenido tentaciones de abandonar, pero a pesar de que el angelito malo me decía “Tío, déjalo ya” y el angelito bueno permanecía en silencio porque no tenía argumentos, la verdad es que estaba en sitios tan inaccesibles que no había opción de llamar a un taxi (si lo hubiera encontrado) para que viniera en mi busca. No ha quedado otra que seguir adelante aunque, una hora más tarde, empieza otra zona habitada y con mucha mejor pinta que lo visto días atrás. Total, para poco más de diez kilómetros que me faltaban ya no valía la pena montar toda una movida.

sábado, 14 de junio de 2025

De Burela a San Cibrao

Un paseíto, solo un paseíto. 

¿Cómo fue el Camino hoy? Unha carreriña do can, que diría un gallego, o náh, que diríamos los almerienses, siempre más minimalistas.
Ha sido una jornada de solo 15 km, que es lo mismo que el paseo que hacemos con frecuencia de Aguadulce a Roquetas, ida y vuelta. Pero a partir de San Cibrao no hay NADA, ni alojamientos, en muchos kilómetros, y alargarlo sería una temeridad en esas condiciones. Por el mismo motivo, si aún partiéndolo mañana será de treinta y tantos kilómetros y con cuestas exigentes, más vale estar hoy muy descansado.

Pero bueno, eso será mañana.

Hoy ha sido corto y también un poco soso. Cuando ponen el mejor interés en acondicionar el suelo pero vas pegado mucho tiempo a una carretera con coches zumbando no me gusta nada, y acabas por no disfrutar de lo que tienes a la derecha, que es una hermosura. De todos modos, cuando trato de buscar alternativas por mi cuenta me meto en buenos líos. 

Ya he tenido que bordear algún polígono industrial, y este pueblo parece tener más. Con todo y con eso, San Cibrao tiene rincones bonitos y están empeñados en resucitar o mantener viejas leyendas, como la de la sirena Maruxaira,,

pero no sé yo si la imponente presencia de la planta de aluminio de ALCOA, mires donde mires, permite otro protagonismo, o incluso otra actividad económica.

Da susto.



viernes, 13 de junio de 2025

De Foz a Burela

Para celebrar que hoy es una ruta prácticamente plana, me permito el lujo de hacerla muy despacio, como si fuera un jubilado de esos de las manitas en la espalda.

No es que sea mejor o peor, ni siquiera menos cansado, pero es otra manera de ver el paisaje a primera hora.

Paisaje que sigue siendo de mar, rocas, playas, casitas con jardín y el run run de la olas permanentemente en la cabeza. 

Ése es el ruido que me permito, y no deja de sorprenderme algo que se repite en todas las caminatas que he hecho: no tengo ningún deseo de escuchar música, y la tengo conmigo en el teléfono. No tengo ganas de seguir las noticias, ni siquiera las que parecen dramáticas en la actualidad por los titulares que veo distraídamente. Es como si fuera incapaz de sentirme conectado con cualquier cosa que suceda al sur de la CN-642.

Sigo a mí gente, someto a presión a mis pensamientos y me empapo de lo que me rodea; debe ser lo que Arturo llamaba ayer “ir a setas”.

Veremos cómo es el aterrizaje posterior. 

El caso es que he paseado, que no marchado, en la más completa soledad. Vamos a ver: gente sí he visto en los pueblos, alguien paseando al perro a primera hora por el Camino… pero lo que se dice caminantes, de esos con el verbo caminar en la cara y mochila en la espalda, ni uno desde que empecé hace días.

El Camino se ha portado bien hasta la desembocadura del Río do Ouro, donde me temía una jugada como la de ayer y tener que bordeando, pero ha habido suerte y no solo había un puente para vadearlo, sino tres: uno para el FEVE, otro para coches y otro para caminantes. Todo un lujo.

Después de este punto, de repente el camino desaparece. Le pregunto a un paisano y me da todos los pormenores en gallego: 

- O camiño di? Levouno o mar.

A lo que yo le respondo en andaluz: 

- Ea, pohyahtá

Y así ambos disfrutamos de la variada riqueza cultural de este país, sin necesidad de pinglanillos que tanto desquician a algunas.

Lo cierto es que desde ahí ya la cosa cambia mucho hasta casi la entrada a Burela, y ha habido tramos abriéndome camino entre la maleza sin saber bien dónde pisaba, muchos tramos asfaltados, aunque casi sin tráfico, pero no molan, y hasta un par de cruces peligrosísimos de la carretera nacional, que no está uno para carreras. 

Por fin llegué a un sitio que tenía ganas de conocer. Para aquellos que lícitamente estén preocupados por dónde dejar sus huesos cuando llegue el momento, Les recomiendo encarecidamente este lugar. San Pedro de Cangas es una bellísima y minúscula península que tiene todo lo necesario para el caso: una capilla, un cementerio cuidadísimo y una pradera mirando al mar. También tiene en el exterior unos aseos para señoras y caballeros. Se debe estar bien ahí toda la eternidad, al menos en los veranos.

Ayer estaba cansado y no presté mucha atención al sitio que reservé para esta noche. Al llegar veo que son las habitaciones de una marisquería, y lo mismo es un Ventorro. A ver si, al final, voy a salir en los papeles. 

Pues eso es todo por el momento en Burela, voy a descansar y luego buscaré una lavandería.

jueves, 12 de junio de 2025

De Reinante a Foz

 Día de camiseta y gorrito.

Desde Las Catedrales hacia el oeste es todo una sucesión de playas increíbles, o tal vez es una sola playa de 10 km que va cambiando de nombre.

Lo cierto es que es un camino pegadito al borde del acantilado, entre las casas y la playa. Tal vez sería más cómodo para caminatas largas si fuera de tierra, pero con este clima es un detalle que hayan querido evitar el barrizal, y así está todo cubierto de madera, adoquines, piedra o pizarra

Es también un detalle que no hayan licenciado la construcción de edificios con la demanda turística que debe haber en este entorno, y puedes ir pasando por delante de casitas y jardines, más o menos bonitas pero sin muestras del temido feísmo gallego.

Pues así de agradable ha sido hasta llegar a la ría de Foz. Tenía mi destino literalmente al alcance de la mano, a una distancia como de 200 metros o menos… pero como estamos en el Cantábrico no hay modo de saltar esos 200 metros y he tenido que bordear tooooda la ría. Los 200 metros se convierten en 12 km de bosque.

Al llegar al fondo de la ría me encuentro con un bochinche de todos los trenes, camiones y coches que han tenido que hacer el mismo rodeo que yo, pero como voy con los ojos abiertos veo un cartelito del Camino Natural de San Rosendo. 

El Camino Natural de San Rosendo es otra senda medieval que arranca en aquellos pueblos mágicos de Celanova y Bande que ya visitamos en la frontera portuguesa de Orense, y viene a terminar en Foz por alguna razón que desconozco.

Soy carne de cañón, lo sé, lo reconozco y es un poco tarde para cambiar, porque se me ponen los dientes largos recordando que ese camino pasa por la Basílica de San Martiño de Mondoñedo, y como es un lugar que me impresionó tanto cuando lo conocí hace años, abandono el Camino del Cantábrico para ir a descubrir por dónde enlazar con el otro y repetir la experiencia.

Les invito a que rebusquen en internet acerca de esta antigua basílica. No solo fue la catedral más antigua de España (bueno, España no existía en el siglo X) sino que tenía dos obispos, uno que huía de los vikingos en Portugal y otro de huía de los moros en Asturias. Es una historia muy bonita que está resumida AQUÍ.

El lugar es impresionante, por fuera medio fortaleza y por dentro con unos frescos que te dejan muerto. Los canecillos siguen representando escenas guarras como en otras iglesias del primer románico. 

Total, que entre la ría y San Martiño he acabado haciendo casi un 50% más de la distancia prevista, pero es que no tenía claro si iba a setas o a Rolex.

Esta noche cenaré bien en Foz porque, a pesar de todas las pestes que echo sobre la turistificación de los Caminos a Santiago, una de las grandes diferencias entre ellos y el resto de caminos es que aquí no he encontrado en todo el día un sitio donde tomar un café o una cerveza, y en una jornada larga de andar se hubieran agradecido esas pausitas.

Con caminatas, dietas y todo lo demás lo estoy disfrutando. El cuerpo aguanta lo que le pido y, puestos a notar algún cambio, ya no puedo con las tripotadas de hace poco cuando llegaba con hambre. En comidas soy cada vez más pajarito.

miércoles, 11 de junio de 2025

De Ribadeo a Reinante

Primer día de pateo de verdad, y como todo primer día hay que poner las piezas a punto y se hace un poco durito hasta que todo encaja. 


También hay que poner a punto el material para hacer frecuentes cambios por lluvia, calor, lluvia otra vez y calor de nuevo. Al final, es todo una cuestión de la maldita pereza de quitarse la mochila y andar trasteando con ella, pero nada que no pueda solucionarse siendo razonable. 


¿Qué decir de una jornada bordeando las Playas de Las Catedrales? Leí no se donde que, a veces, el mar te grita y te dice: ”¡PARA Y MÍRAME!”, y es completamente cierto. 


Aún para los que vivimos permanentemente en su orilla no deja de sorprendernos de vez en cuando su presencia, y nos preguntamos si será posible que pueda considerarse como normal. 

Pues no, no se puede, porque lo imponente no es normal. No por insistir en verlo todos los días vamos a cambiar su grandiosidad.


Este lugar te deja sin palabras, y no estoy ahora para buscarlas.




martes, 10 de junio de 2025

De Oviedo a la costa

Oviedo tiene esas cosas que no se pueden explicar. 

He estado con días soleados o jarreando, con mochila, con maleta o portafolios (cuando tal cosa existía). He estado solo o con pareja, en estancias de un día o permaneciendo un año, con mentalidad de vacaciones o agobiado por el curro….

Quiero decir que he tenido un buen abanico de circunstancias como para tener opinión, pero no encuentro la manera de definirlo. 

Es un lugar de esos que tal vez no te vienen a la cabeza como recuerdo de impacto, pero cuando vuelves es como si nunca hubieras salido de estas calles. Es bonita, tranquila en general, animada donde quiere, acogedora y, sobre todo, dulce, muy dulce.

Hoy, además es “Martes de Campo” solo en esta ciudad, el día de esa barbaridad que es el Bollo Preñau, con bandas de música por las calles y ambiente de fiesta. Vamos a disfrutarla.

No había hecho nunca un trayecto en FEVE, y es interesante. Son cuatro horas y media para poco más de 120 km, y no es que vaya despacio, que no está mal para el trazado que tiene, sino que en la primera mitad tiene paradas como el Metro y, a veces, entra hasta un pueblo en el fondo de un valle para desandar el camino y entrar en el valle siguiente. 

La verdad es que no es tan antiguo como pensaba, casi todas las estaciones tienen la fecha de 1950 (Glups, es el año de mi nacimiento! Sí que es viejo) aunque el trazado debe ser del XIX.

Muy bonito del viaje, casi siempre empotrados en la espesura del bosque, con las ramas jóvenes azotando las ventanillas, al borde de un barranco o siguiendo el curso de un río. Todo un lujo, tenía la sensación de ir en un tren de Cabify, porque he estado casi siempre solo o con tres o cuatro personas en algunos tramos. 

Ribadeo está bonito, y el Fogar del Mariñeiro donde he caído es un encanto. Hay mucho ambiente jacobeo, porque aquí es donde el Camino del Norte deja la costa que trae desde Irún para meterse en el interior, y constato que lo que había leído sobre los problemas de escasez de pulpo es cierto: una ración está al precio de la ternera gallega más selecta.

He paseado bien largo para desahogarme de la sentada del tren, y mañana sin prisas. Total, Las Catedrales está a poco más de 20km.


lunes, 9 de junio de 2025

Ir

IR, de eso se trata

IR, porque eso es querer mirar lejos. IR, y no irse, porque eso es escapar de donde estoy. 

IR es tomar la decisión de hacerlo, sea cuando sea el momento de iniciar la marcha. IR es tener curiosidad por algo diferente de lo cotidiano, aunque no sea nuevo, y eso ya supone un buen porcentaje del disfrute del viaje. IR es también el preparar la marcha y documentar los lugares a visitar, que es otra parte importante de la experiencia. 

IR es poner un pie delante de otro, ser poco asequible a las dificultades que supone salir del sofá, IR es llevar los ojos bien abiertos y los pulmones ansiosos de otro aire.

IR es una construcción permanente, porque unos momentos más tarde seré diferente y mis intereses pueden haber cambiado. Yendo puedo descubrir cosas nuevas que me hagan tener otra opinión, y también es posible que al IR me pierda, y eso sí que es ganar lo imprevisto, lo desconocido.

IR es deseo, y como tal deseo se convierte en insaciable. Por eso IR no necesariamente es llegar, si fuera así se requeriría el logro de un objetivo para disfrutar, y no es el caso. No hay contradicción: una cosa es el placer de preparar concienzudamente un viaje y otra es el placer de viajar. Otro día hablaremos de la diferencia entre este IR y el viajar como consumo sobrevalorado.

IR, hacerlo ya. Y cuando he iniciado hoy la marcha me olvidé de que éste es un viaje ya cancelado por circunstancias del año pasado, ya olvidé que tampoco era así como pensaba marchar. Ya olvidé todo eso porque este primer paso, el que acabo de dar, es la primera vez que lo hago en mi vida. 

IR es el gran acontecimiento en sí mismo, y más todavía si se puede IR caminando. Ahí sí que todo sube de categoría, porque al placer sensorial de todo viaje con ilusión se une también el placer físico y el emocional. 

Alguien más ambicioso que yo diría que a IR se le puede pedir más; a mí, la verdad, es que no se me ocurre.

domingo, 11 de mayo de 2025

Europa II

 

Hace casi 10 años publiqué en este mismo canal un escrito desalentador sobre la decepción que me producía una Europa en notorio declive.

Ha pasado tiempo desde entonces, 10 años son una eternidad en el mundo acelerado del corto plazo, y también me han pasado cosas como para no haber cambiado bajo sus influencias.

Ahora, hoy, estar en Europa (o con más precisión, ser europeo) tiene una dimensión referencial que sería de necios ignorar.

Occidente” como concepto unificador de una civilización y una cultura ya ha implosionado y ha dejado de tener significado. Tal vez no sea una evolución conscientemente elegida, pero claramente ya no se puede meter en el mismo saco a Norteamérica, Inglaterra, Hungría o Francia. Los bloques como definición imperial globalizadora han saltado por los aires y ya solo responden a las pretensiones más o menos enloquecidas de paranoicos del pasado, que siguen pensando que el territorio significa algo más que un color uniforme en un mapa político. 

En medio de este desbarajuste vuelve a salir a flote aquella vieja idea de Europa como crisol de culturas y de ideas, depurada por la superación de mil errores y bruñida con rios de sangre que hoy parecen desproporcionados. 

Aquí estamos los europeos, herederos de la cuna del saber, hijos de los movimientos de progreso y culpables de las tropelías ejercidas entre nosotros y sobre otros; toda una colección de glorias y miserias cuyo saldo final no se puede menospreciar si nos olvidamos del tortuoso camino recorrido para llegar hasta aquí.

Así es: el camino tal vez no sea como para sentirse orgulloso de él, pero haciendo un repaso a lo que nos rodea más vale que nos agarremos a lo que hay de meritorio en nuestra historia, desempolvemos sus valores, nos atrincheremos con ellos y los reforcemos para no ser arrastrados por una ola regresiva de la que no se puede prever su destino.

Europa no es perfecta, no es coherente y no es justa, pero a la vista de lo que hay sigue siendo el mejor lugar del mundo para vivir. Podemos dejarla caer con sus contradicciones, dejar que la devoren sus acosadores o reforzarla para ser un último reducto desde el que la humanidad vuelva a recuperar la cordura. Tampoco es tan grande como para que suene a esfuerzo titánico.

Creo que esa es nuestra responsabilidad y su transcendencia es infinitamente mayor que cualquier otro cálculo interesado de pequeños nacionalismos trasnochados.


sábado, 30 de noviembre de 2024

Decencia y Elegancia

Ya, ya sé que son palabras un poco pasadas de moda, y que sus definiciones pueden tener bordes un poco difusos. Sé también que ésta es, probablemente, la peor manera de empezar a hablar sobre conceptos y principios. 

No tengo por qué excusarme pero, si fuera necesario, diría que es porque no tengo ganas de romperme la cabeza con aspectos muy formales cuando lo que me hace enfrentarme a un papel en blanco es algo muy parecido a la náusea.

Es la sensación que me viene tras leer los periódicos cada día, de pulsar opiniones aquí y allá, de escuchar accidentalmente conversaciones sueltas de la gente con que me cruzo. 

Me siento expulsado de un mundo que creía más o menos conocer a la escala minúscula de mi vida, pero expulsado no ya por obsoleto o caduco, que tendría su razón de ser, sino porque he perdido el hilo para poder entender qué está pasando y por qué; o peor aún, para poder aceptar esta realidad y sentirme parte de ella.
 
Para aclararlo voy a explicar qué es lo que entiendo por cada una de estas palabras en su contexto social: 
  • La DECENCIA es lo que nos hace obrar con las cartas boca arriba, hacer lo que se dice y decir lo que se piensa. Es cumplir los compromisos y argumentar los cambios de opinión. Es mantener firmes los criterios sobre prioridades, no conformarse con lo que no sea lo mejor.
  • La ELEGANCIA va mucho más allá que cuidar la formas, que se da por supuesto. Elegancia es no perder los nervios, es convencer antes que imponer, es argumentar lo que se defiende. La Elegancia es estar dispuesto a renunciar, es la empatía y el reconocimiento. Es saber cuál es tu papel y obrar en consecuencia.
Con DECENCIA y ELEGANCIA las personas siempre estarán antes que los grupos, la bandas o las sectas, y no eso lo que estoy viendo. 

Creyendo en estas definiciones personales sin pulir, y tomando tales conceptos como valores a los que aspirar ¿qué veo cuando abro la ventana? Pues no solo nada parecido sino una voluntad casi furiosa por ir en contra de ellos. Desde luego que no soy yo el ejemplo de la persona decente y elegante que debiera, pero sé al menos que es ahí donde debo tender y me lamento cuando fallo, aunque falle con frecuencia.

Cuando este es el ambiente que se respira durante mucho tiempo tanto en situaciones trascendentales como irrelevantes, empapando toda la actuación humana, llega el momento en que el desánimo queda superado para convertirse en desesperanza, y se me hace sobrehumano el esfuerzo necesario para iniciar una cruzada o, al menos, para ir desmontando una a una cada mierda que se cruza en mi camino.

Ya sé que la DECENCIA viene dada por un compendio de genética, educación, experiencias e interacción con ciertas personas, y que la ELEGANCIA es más cultural, más manufacturada, casi siempre como consecuencia de algo o alguien que nos ha impactado particularmente como para sumarnos a su “estilo”. También sé que otra manera de adquirirlas es a hostias cuando se supone que deberíamos tener ciertas dosis de ambas y no hemos pasado la nota de corte, aunque no deja de ser una adquisición algo efímera. 

Si todo lo anterior fuera cierto parece que la conclusión es que somos individualmente incapaces de superar la degradación por nosotros mismos, que es necesaria la participación activa de ejemplos, líderes, demostraciones de que otro mundo existe, que es posible… y obviamente mejor. Si no tenemos enfrente a alguien con quien compararnos es difícil darnos cuenta de nuestras propias carencias para superarlas.

Claro que tenemos potencial, tenemos la inteligencia, pero sin este contexto general el uso de la inteligencia puede tener una deriva bastante errática, como cuando se reivindica la libertad obviando que ha de estar guiada por la justicia. No, la inteligencia no tiene nada que ver con la DECENCIA y la ELEGANCIA y nos sobran ejemplos de lo contrario porque tales valores son incorporaciones a nuestro carácter (nuestra moral) y son independientes de los recursos intelectuales. 

El caso es que contemplo todo esto con un sentimiento nada heroico, porque no se puede presumir del hastío y del fastidio ¿Hay algo más empobrecedor?


Hombre joven en la ventana
de Gustave Caillebotte

martes, 8 de octubre de 2024

Toscana

Hay tantísima belleza por metro cuadrado que se entiende el mítico "Síndrome Stendhal"

En Florencia está TODO, y rezuma esa obsesión por atesorar, conservar y cuidar las cosas hermosas. La propia ciudad, si la despojamos de sus monumentos y colecciones ya es bellísima. 

Parece que la temporada baja es solo noviembre, enero y febrero, y estar aquí a mitad de octubre es compartir este espacio con demasiada gente. Ya he tenido ocasión de hablar sobre el turismo depredador y la tentación de creerse un elegido, pero es una lastima comprobar como la masificación resta autenticidad incluso a lugares con éste, y como la actitud de muchos visitantes es más compulsiva que interesada por conocer o descubrir.

Pero es lo que hay. La verdad es que, exceptuando el David de Verrocchio, tampoco venía con interés por entrar en museos o subir monumentos. Disfruto deambulando por la ciudad y curioseando rincones sin más ambiciones, al fin y al cabo, casi todas las obras de arte las tenemos más que vistas.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Paul Auster

A lo largo de los últimos 30 años he tenido momentos de casi levitación con todo lo que he leído de este poeta (así se consideraba él, antes que narrador)

Auster tiene ese mérito tan común entre mis escritores favoritos de hacer que algo fantástico, o fantasioso, se inserte en la historia como un hecho normal que no llama particularmente la atención. 

Cuando la fantasía te parece normal es porque el artista te ha elevado a ese nivel superior donde tu ser se despega de la cotidianidad humana. Si ese artista lo hace como Paul Auster, sin estridencias ni fuegos artificiales, entonces puedes estar seguro de que te llevan de la mano a mundos ilimitados. Ahí ya todo es posible. 

Es posible llorar como hice una noche con el cuento de Navidad de Smoke, es posible volar como con Mr. Vértigo o desdoblarse como en La Música del Azar, ese azar que en Auster tiene el protagonismo que frecuentemente no sabemos identificar en nuestras vidas.

Se ha marchado de este mundo en unos días en que también se han ido otras personas cercanas, y por eso se incrementa la sensación de las pérdidas irremplazables.

Una vez más, tristemente, uso esta plataforma de homenajes para despedirme de un maestro y agradecerle los momentos que hemos compartido para disfrutar y hacerme crecer. 

martes, 12 de septiembre de 2023

11 de septiembre

 El 11 de septiembre es toda una fecha llena de evocaciones importantes.

Además de ser el día en que El Ejido obtuvo su declaración como municipio independiente de Dalías en 1981, es la fecha para recordar La Diada en Cataluña o el golpe de estado de Pinochet en Chile. 

Todos estos eventos han encontrado más o menos espacio en los noticiarios, la prensa y en los debates con expertos de todo pelaje, con más o menos extensión según el protagonismo que se quiera seguir otorgando al caso del presidente de la FIFA, al cansino proceso de la investidura del presidente del gobierno, o al terrible terremoto de Marruecos. 

Estas conmemoraciones de refieren a hechos que, de alguna manera, han cambiado la historia o han tenido un impacto en ella, por eso me parece extraordinario que haya casi desaparecido cualquier mención a los atentados de las Torres Gemelas de 2001. Algún medio lo ha tocado de pasada, pero nada que ver con lo que se ha comentado en años pasados. 

Sería extraño que se debiera a que no hay sitio para tantos temas en los formatos de los noticiarios, y más extraño todavía que no se quieran alimentar especulaciones que algunos tratan de estirar, con lo que eso gusta a los medios. Casi suena a una consigna que el Telediario de la televisión pública ni lo haya mencionado.

Este atentado, a pesar de las interpretaciones de los conspiranoicos o de los negacionistas, ha supuesto la culminación del declive de EEUU, que empezó con el desastre de Vietnam, y nos ha afectado a todos desde el momento que se aceptó la intromisión del poder en nuestras vidas a cambio de mayor seguridad, y el sometimiento generalizado a controles que han llegado a unos niveles... llamémosle estúpidos en algunos casos

No soy de los que buscan tres pies al gato, solo digo que: ¡Qué raro!


P. D. Para los frikis: Ver en Wikipedia las efemérides del día es desbordante.


La imagen es de ABC 

domingo, 4 de junio de 2023

Coda

Otro Camino

¿Seguro? Yo no lo estoy tanto

No es "otro" netamente desde el momento en que no tiene la parafernalia jacobea. Primer punto y nada irrelevante.

Tampoco es "otro" porque el planteamiento no se parecía mucho al de los anteriores. No se trataba tanto de "ir a" como de "salir de", y esa diferencia es crucial.

Tampoco es tan "otro" por el ambiente que lo ha rodeado. Tanto el ambiente físico como el humano son radicalmente distintos: Castilla y Montaña profundas en el primer caso y soledad brutal y absoluta en el segundo.

En fin, que ha sido una experiencia más de donde me queda el regusto por las bellezas contempladas, por los momentos vividos, por las emociones, por los reencuentros con este chico que vive conmigo y que estaba un poco perdidico. 

Y no menos importante, por comprobar que el cuerpo aguanta y que puedo seguir contando con él como vehículo y como contenedor de experiencias.

Cierto es que para llegar a esta conclusión tampoco hay que meterse en hazañas. En una semana en Venecia caminé mucho, descubrí muchas cosas inimaginables y fabriqué una experiencia personal sin tener que echar el páncreas por la boca. Quiero decir que tener el cuerpo a punto para hacer cosas y tener el ánimo listo para maravillarse tampoco exigen llevarlos al límite de su resistencia. Claro que no es una exigencia, pero está bien comprobarlo de vez en cuando.

Ha sido bonito y ¿saben lo más bonito? Pues que quería hacerlo y lo hice. No es tanto la machada del de Bilbao con sus dos cojones o lo del niño consentido con sus caprichos, nada de eso, sino ese horror que siempre he tenido por arrepentirme por las cosas que he dejado de hacer. Cosas concretas y reales, nada de quimeras.

Para arrepentirse por lo hecho siempre hay argumentos consoladores, nos justificamos y, en el peor de los casos, también nos podemos perdonar. Arrepentirse por lo no hecho es como una losa atada al tobillo.

viernes, 2 de junio de 2023

De Pasagüero a Potes

Por ser el último tramo amanece en la montaña como solo aquí sabe amanecer, y parece que los diseñadores del Camino han querido darnos a conocer todas las aldeas que quedaban.

Si no es por ese motivo no alcanzo a entender la cantidad de vueltas y revueltas que he hecho. No es que me parezca mal, porque cosas bonitas he visto como Santa  María de Piasca, he tocado la campana de la iglesia de San Roque, que es otro clásico, pero aún así creo que ésto no es un camino medieval de peregrinos que buscaban combinar la mayor estabilidad de curvas de nivel, la mínima distancia y el mayor número de sitios con servicios. Complicada fórmula.

El último tramo antes de acercarme a la civilización era un bosque que parecía no haber sido pisado nunca, y la señalización en Cantabria…. podría haberla puesto alguien que hubiera caminado alguna vez en su vida, porque son mojones escasos, pequeños y cubiertos por la hierba que te dicen: "hasta aquí vas bien , luego ya veremos". Avisar, lo que se dice avisar, no avisan mucho.

Pero ya está, llegar a Potes es un shock por la cantidad de gente, de pasos de peatones y, sobre todo, de bares. Tras dos semanas sin haberlos visto ahora no sé qué pedir. 

Siempre ha sido una ciudad turística, pero se va pareciendo peligrosamente a Santillana del Mar. Mucha gente, pero mucha, que llegaba de hacer el Lebaniego desde San Vicente de la Barquera, otro montón de gente de excursiones de día desde 100 km. a la redonda. Si a esto se le suma lo del Monasterio de San Toribio de Liébana y su año jubilar y los viajes de adolescentes en fin de curso… el mogollón es tremendo.

Y menos mal que puedo ir entrando poco a poco en las aglomeraciones, porque luego llega Santander, que cada día está más chic con gente de bien... y ya veremos cómo aterrizo en Madrid sin tener un respiro.

Ahora voy combinando buses y trenes para volver con el regusto de cuánto ha valido la pena, de la cantidad de jugo que se saca de una experiencia de éstas y, con toda seguridad aunque no lo perciba conscientemente, de cuán bueno debe ser esto para el cuerpo, que lejos de pedir sopitas y buen vino, todavía pide caña.

Mañana el último madrugón de tren y pa casa.

jueves, 1 de junio de 2023

De Camasobres a Pesaguero

Estaba deseando dar este pasito. Pasar esta cresta es acabar con una subida dura y compartida con las vacas para entrar en otro tipo de paisajes.


Además, casi  toda la subida ha sido por un estrecho pasillo que se supone que era el de mejor pendiente, pero eso mismo habrá pensado el agua porque ambos hemos elegido el mismo terreno: agua, barro y las plastas de las vacas. La colada que hice ayer no ha sido una buena inversión.


¿Y qué pasa al entrar en Cantabria? Pues que cambia el registro de colores para formar cuadros de abrir la boca



Ya sé. Me preguntarán si no había dicho hace poco cómo me gustaba la Tierra de Campos, o los bosques palentinos…. Ya sé, soy la misma persona que hoy habla de la emoción de este nuevo lugar. En mi defensa, además de la tendencia actual por el poliamor, solo puedo decir que nadie puede discutir la belleza de los Picos de Europa. Es algo impresionante.


Todo se disfruta de una manera especial cuando se sabe que ésta es la gran y última subida, después viene el relajo (sin descuidar las rodillas) gozando del espectáculo de una bajada de 1.000 metros al tirón.


Las aldeas parecen colocadas como para un calendario de época. De aquellas que se decía que tenían "fotografías iluminadas".



No es una definición sutil ni demasiado poética, así que voy a abandonar el intento de hacer descripciones para pasarme directamente al cocido lebaniego.