viernes, 31 de mayo de 2019

De Oviedo a Grado

No sé dónde leí que "los que vengan del Camino Francés pronto descubrirán que El Primitivo no es un paseo por Versailles", y así es, ya en la primera etapa te das cuenta de que estamos hablando de otra cosa.

No lo calificaría de especialmente duro porque esta etapa está entre las sencillas (¿que diré luego entonces?). Es una combinación de subidas fuertes y cortas con bajadas muy largas, lo que supone la fórmula ideal para ir muy despacio.

¿Alguien tiene prisa? Yo no, pero en tantas horas te pilla la parte del día de máximo calor, y hoy hemos alcanzado los 32°. Siete horas y media para 25 km, con cuatro paradas. Mucha tela para el primer día.

También pasa que, precisamente por ser el primer día, estos 25 km me pillan muy desentrenado. Mucho me temo que las jornadas de La Desbandá, con todos sus cánticos de catequesis, no han servido para prepararme para este sacamantecas. Han servido para muchas cosas, hay que reconocerlo, pero no para esto.



Respetando que Sonia pueda tener una opinión profesional mucho más fundada, soy de los convencidos de que la única forma de prepararse para caminar es caminando. Casi todas las cosas que no tienen ciencia se aprenden haciéndolas, como lo que decía alguien de cómo aprender cuándo puedes confiar en una persona: solo confiando.

Hacer las cosas y reconciliarse con los fracasos, porque nos permiten avanzar si somos humildes.

En fin, que necesito descansar antes de salir a conocer el pueblo. El Albergue La Quintana es magnífico, en lo que parece una antigua casa de indianos. 

Como hay otros albergues en Grado, espero no coincidir con un grupo de marujas super excitadas con su aventura que se han puesto a dar por saco a las cinco y media de la mañana, como si estuvieran en su reunión de La Brisca de todos los jueves.

Muchos tenemos la tendencia, especialmente los del Sur, de hablar del "paisaje del norte" como si fuera un genérico, pero nada tiene que ver el del País Vasco con el de Cantabria, Asturias o Galicia. Lo del Pirineo es otra historia




Vale, una siesta, buen Camino

jueves, 30 de mayo de 2019

Empezando por Oviedo

No sé si es que vivo muy lejos o es que han puesto Oviedo muy lejos. También es verdad que nos hemos acostumbrado a exigir inmediatez en todo y para todo.

Es curioso que el fácil acceso a cosas y ventajas no produzca un efecto saciante, como sería lo lógico, sino un ilimitado deseo de tener más, y más por menos, naturalmente.

Lo cierto es que he atravesado completamente la península, de Sur a Norte, y solo me ha costado unas 13 horas de tren.




¿Suena a mucho? A mí no me lo parece viendo el mapa, y no me da ninguna pereza el tren cuando se cumplen los horarios. Tengo tiempo de leer, escribir, pasear, tomar cafés, escuchar música, ver cine y navegar; todo con ese invento del tablet que es ideal cuando vas con la casa a cuestas.

El caso es que he cumplido con los tiempos previstos y aquí e estoy instalado en un nuevo albergue en lo que se llama el "Bulevar de la Sidra". Oviedo sigue creciendo en su encanto; siempre me ha llamado la atención lo guapísimos/as que salen todos a la calle. Eso, y todas las terrazas abarrotadas con unas cartas de vértigo, son toda una invitación para no hacer dieta y estirar las piernas para que estén listas mañana tempranito para empezar a patear.

Vamos a ello. Buen Camino

sábado, 11 de mayo de 2019

Me parece que me voy otra vez

Puede que sea porque la cabra tira al monte, o por cualquier otro motivo que un argentino descubriría enseguida.

También puede ser porque las emociones que afloran en el Camino no son comparables con nada, y se echan de menos.

Lo cierto es que el cuerpo me lo pide y en unos días voy a meterme de nuevo en un Camino. También es verdad que ya voy teniendo una edad y podría elegir cosas más llevaderas, pero he decidido hacer el Camino Primitivo ampliado hasta Muxía, con toda la información que tengo sobre su supuesta dureza o lo muy exigente que resulta desde el punto de vista físico.



Tal vez quiero comprobar lo que da de sí este usado cuerpo tras un año en el que tengo la sensación de haber estado muy inactivo, de haber estado siempre esperando algo, de estar supeditado a algo externo que me impedía hacerme una agenda (como si uno tuviera agendas con más contenido que los cumpleaños o las citas de los médicos).

Da igual, me meteré en ello porque las expectativas de menos gente y mejores paisajes son un reclamo imbatible y es el momento de engrasar articulaciones y ampliar respiraciones.

Ya iré contando que tal va.

Repitan conmigo: Buen Camino!


La imagen es de imagenesmi.com