domingo, 31 de agosto de 2014

Estambul


Una ciudad que dispone de gradas con alfombras sólo por el gusto de ver sus puestas de sol, es un sitio que merece la pena estudiar.

Y a Estambul hay que estudiársela despacio, con sus mil variantes, sus universos tan diferentes, su capacidad para dar cabida a todo y a todos. Su gusto por sí misma, puede que su aceptación de sí misma sin exclusiones.

Han sido días plenos de esas cosas que llenan los ojos, de sensaciones muy nuevas, de maravillas y de aprendizaje. En todo ello, Estambul ha sido simultáneamente la fuente, el escenario o el catalizador.

Un tema más para profundizar. Gracias Lucas por haber preparado esto tan cariñosamente, mucho más allá de lo que es una visita turística al uso.




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