miércoles, 24 de mayo de 2017

Vamos!

Sí, vamos a por otro Camino.

No se trata de ser un coleccionista, sino de usar esta excusa para lo que tan insistentemente me están pidiendo el cuerpo y el alma. El primero porque ha acumulado bastante óxido que hay que eliminar, y la segunda porque tiene que reordenarse profundamente.

Sigo ignorando las limitaciones físicas que sin duda alguna voy acumulando, y no lo hago tanto venciéndolas como negociando maneras de reducir su impacto para lograr efectos lo más parecidos a lo deseado. Vamos a llamarlo "obstinación".

Este Camino promete ser muy diferente a los otros dos. Nuevo país y costumbres que me encantan, nuevos paisajes y sabores, nuevas infraestructuras de las que he oído de todo... pero lo más novedoso de todo soy yo. Las aventuras del año y medio que llevo a las espaldas de alguna manera me han cambiado, o tal vez solo han traído a primera línea cosas que siempre había tenido, pero sin ejercitar. Ahora mismo es un tema que no me interesa como para perder el tiempo en descubrir la naturaleza de los cambios, lo cierto es que tales cambios existen y tienen un impacto muy notorio.

¿Qué es lo que quiero hacer con ellos? Simplemente inventariarlos y ponerlos en orden. Verás, en estos meses he estado muy centrado en listones bajitos y alcanzables, metas cercanas, expectativas con poco riesgo de defraudarme; he querido dar pasos firmes con mucha cautela para no perder el equilibrio y he mantenido la mirada a escasos centímetros del dedo gordo del pie. Todo ello, junto con una pila más de cosas, ha sido útil y ha supuesto todo un descubrimiento que tengo que ajustar a mi manera natural de ser, ya que han aparecido en una situación que tampoco era natural.

Yo era más de sueños, de mucho por delante, y hay que ver como se compaginan todas estas cosas. El equilibrio, ese compañero de viaje ante cuyo mandato no tengo nada que decir, no está reñido con la ligereza de equipaje, y simplemente hay que reenfocar las neuronas en un juego de Tetris mental.

Así contado, empiezo a dudar de si estos 350 km de soledad conmigo mismo serán suficientes, pero es igual, no tengo una definición del modelo a conseguir y, en cualquier caso, eso es tarea para toda una vida y no solo para unas semanitas.


Venga, a por ello pues haciendo combinación de múltiples trenes para llegar hasta Oporto y poner allí las piernas en movimiento.


Bom Caminho!

2 comentarios:

  1. Madre mía. No dejas de maravillarme Carlos. Yo cuando vuelva a ser joven quiero ser al menos la mitad de indecente que tu. Porque lo de tu valentía y tesón ya roza la indecencia.
    Un fuerte abrazo de un caminante muy envidioso.

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  2. Te recomiendo cualquier cosa, menos mi método para llegar ahí 😄😄😄

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