jueves, 30 de mayo de 2019

Empezando por Oviedo

No sé si es que vivo muy lejos o es que han puesto Oviedo muy lejos. También es verdad que nos hemos acostumbrado a exigir inmediatez en todo y para todo.

Es curioso que el fácil acceso a cosas y ventajas no produzca un efecto saciante, como sería lo lógico, sino un ilimitado deseo de tener más, y más por menos, naturalmente.

Lo cierto es que he atravesado completamente la península, de Sur a Norte, y solo me ha costado unas 13 horas de tren.




¿Suena a mucho? A mí no me lo parece viendo el mapa, y no me da ninguna pereza el tren cuando se cumplen los horarios. Tengo tiempo de leer, escribir, pasear, tomar cafés, escuchar música, ver cine y navegar; todo con ese invento del tablet que es ideal cuando vas con la casa a cuestas.

El caso es que he cumplido con los tiempos previstos y aquí e estoy instalado en un nuevo albergue en lo que se llama el "Bulevar de la Sidra". Oviedo sigue creciendo en su encanto; siempre me ha llamado la atención lo guapísimos/as que salen todos a la calle. Eso, y todas las terrazas abarrotadas con unas cartas de vértigo, son toda una invitación para no hacer dieta y estirar las piernas para que estén listas mañana tempranito para empezar a patear.

Vamos a ello. Buen Camino

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