Mi guía califica esta etapa de"bucólica". No me parece una calificación desafortunada, ni mucho menos. Tiene incluso algo de coquetería que te hace perdonarle algunos repechos exigentes.
Hago verdaderos esfuerzos para no acostumbrarme a que este paisaje sea lo normal. Nada es normal, y la belleza es extraordinaria siempre, por definición. Si dejo de prestarle atención, y a maravillarme con ella, seguro que me perderé muchas emociones irrepetibles.
La ruta hasta Colunga se me quedó algo corta, así que repuse fuerzas para estirar tres horitas más, porque lo que viene por delante hasta la bifurcación entre el Primitivo y el de La Costa es demasiado larga, con el regreso de la montaña y con poco alojamiento. Pasa siempre con las leyes de la oferta y la demanda, cuanto más crítico es un sitio, y Villaviciosa lo es, tanto más estrechos se hacen en facilitar las cosas.

Pero suficiente en cualquier caso.
Poca gente ha pasado por aquí, en algunas zonas del camino hay que ir con machete por delante.
Buen Camino
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