miércoles, 1 de mayo de 2013

Señales



A veces me pasa que, cuando estoy muy encaprichado con hacer algo, comienzo a detectar dificultades que parece que me lo desaconsejan. Seguramente le pasa a casi todo el mundo, tampoco soy tan original.

Es una sensación rara, porque la reacción instintiva es no ver tales problemas, no prestarles atención, quitarles importancia o no relacionarles con lo que quería hacer.

Cuando finalmente empiezo a atar cabos, y no puedo negarme más a la evidencia de que lo que noto son señales de que aquello que quiero no funciona, no es bueno o entraña riesgos, reacciono obsesionándome aun más con la idea, como si fuera una huida hacia adelante en la confianza de que la vida será mucho más de color de rosa de lo que realmente es.

Pero la realidad es de lo más contumaz que existe. Podemos darle las vueltas que queramos, crear una realidad virtual en paralelo para vivir en ella, mirar a otro lado… la realidad acaba saliendo a flote y enseñando su, a veces, fea carota.

Así que me dejaré de caprichos, asumiré que no hay más cera que la que arde y trataré de ser consistente con el mundo en que vivo, renunciando a sueños cuando me arrastran y empiezan a ser ellos los que mandan. Me pillo una enorme rabieta, claro que sí, pero tengo que actuar como si ya fuera un chico mayor y dejarme de chiquilladas.

Renunciar a los sueños/ilusiones es algo que realmente no cuesta tanto. Sí cuesta mucho tomar la decisión de colocar la cosa en otro sitio, pero es un momentito y luego te sientes mucho más liberado para tratar todas esas dificultades o esas amenazas sin tanta presión. Una a una y con la espalda contra la pared.

¿Son necesarios los sueños para vivir? Para mí sí. Necesito el sueño, el proyecto, la idea fabulosa, la utopía… pero tal vez no esté dispuesto a pagar el precio que tiene a veces. A lo mejor es que el sueño es sólo un detonante, pero no tiene la energía necesaria para aguantar todo el camino.

A lo mejor es que, mientras algo se mantiene en el mundo de los sueños, está bonito dejarlo ahí porque no tengo por qué confrontarlo con la realidad.

Hay gente que se crece ante las dificultades. No sé muy bien si es que tienen una fortaleza en partes del cerebro para mi desconocida, pero lo cierto es que mi escenario favorito no es precisamente el de las peleas, y prefiero sufrir estas renuncias a vivir en permanente exhibición de músculo (sí, va a ser lo del 7)

Equilibrio entre el sueño como motor y el sueño como tarea: Tendré que meterme a estudiarlo despacio.


Las imágenes son de Depositphotos. com y 123fr.com

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