viernes, 26 de abril de 2013

Ya se ha dicho:


            "The people who are crazy enough to think they can change the world,
                  are the ones who do it".

Y hay gente que parece haber nacido para ello. Unos han tardado más que otros, a unos les ha resultado más sencillo que a otros, pero todos los que tienen esa señal en la frente acaban cambiando el mundo.

Unos cambian el mundo como planeta, otros lo cambian como sociedad, otros por el efecto de sus creaciones.

martes, 16 de abril de 2013

Venga ya!



Nadie para contar las cosas profundas como el Lluis, esas cosas que, cuando las escuchas de su boca, te preguntas cómo se ha dado cuenta de lo que pensabas si no se lo habías dicho a nadie.

Y lo de los viejos (la vejez, para no decirlo como si fuera algo que les pasa a otros) es algo que tendré que mirármelo algún día porque ¿qué es verdaderamente?
  • Es algo físico, desde luego, y las pupas van aflorando poco a poco, sin pausa. Las pupas se curan, pero la bajada del listón sí que es notoria, y no deja de sorprender cuando crees que puedes seguir haciendo cosas que siempre has hecho. Y ya no puedes, desde luego que no, más vale asumirlo y obrar en consecuencia.
  • Es algo anímico, y ahí puedo plantar batalla. No me rindo, no me resigno, no me acobardo. No se trata tampoco de ninguna cruzada, sino de seguir en lo que estaba porque no hay motivos para no hacerlo.

miércoles, 10 de abril de 2013

Se ha ido



Y nos ha dejado el mundo con ideas más claras para hacerlo mejor de como se lo encontró.

Serían necesarias muchas largas vidas como la suya para que las personas normales pudiéramos tan siquiera acercarnos a su nivel de sabiduría y de lucidez.

Se ha ido regalándonos un buen surco lleno de semillas, ahora tenemos la misión de hacerlas germinar.

Gracias José Luis



Algo de esto decía Gabilondo AQUÍ

Saber entenderlo



¿Quién ha dicho que sería fácil? El que no lo sea no quiere decir que sea complicado, ni mucho menos duro. Lo que pasa es que requiere de un tiempo de transición para aprender muchas cosas (cómo me gusta eso de aprender)

  • Darle protagonismo al cuidado del cuerpo en la medida razonable; ni dejado de la mano de dios porque no se queja, ni empeñarse en el maratón.
  • Equilibrar el interesarse con cosas con el ser abducido por ellas.
  • Tener ritmo lento, pero tenerlo.
  • Poner cada compromiso en su sitio.
  • Saber manejar alegremente una economía más restringida.
  • Ya que la cabeza está más libre, que los planes sean planes, y no dispersiones.


domingo, 7 de abril de 2013

Ser transparente


Es estar en un sitio sin ocupar la visión de nadie. No estar identificado por una forma, por un aspecto, por lo que nos echamos encima.

Los transparentes, en este sentido, han dejado de pre-ocupar a nadie, ya pueden dedicarse a observar sin crear inquietud o impaciencia y, como nadie les ve, siempre se les permite.

El transparente participa de todo lo que hay a su alrededor, y tiene la ventaja de que su no-presencia no condiciona a nadie, por lo que lo que él ve es lo más parecido a la realidad de las cosas y las personas. La mirada del transparente ha dejado de alterar lo observado, y rompe los esquemas de la física cuántica.


¿Cómo se consigue ese estado? Me parece que de ninguna manera, sino que te lo otorgan (a veces te lo imponen) y puede ser la consecuencia de no llamar la atención, de no suponer un competidor o un peligro, de no proyectar una imagen, de pasar de largo y de ser un flâneur del mundo por el que se transita.

No ser un motor de nada sin dejar de ser parte de todo.

Puede que de esta manera el transparente que no es visto sea el que más ve, y tal vez es porque deja de verse a sí mismo. Si esto llega a ser así, el transparente se empapa de muchas más cosas y tiene más posibilidades de maravillarse.

Ser transparente no necesariamente es pasar desapercibido, se puede percibir al transparente si así lo merece lo que hace. Ese transparente debe tener un inmenso valor, y debe estar preparado a que nadie le dé palmaditas en la espalda cuando genere algo que valga la pena.

Claro, nadie sabe dónde tiene la espalda


No recuerdo de quién es la imagen
La descargué hace muchísimo tiempo
y la he reutilizado hasta para la cebecera de este blog

martes, 2 de abril de 2013

Pillado por la rueda


Vamos a ver, tras muchos años de hacer más o menos las mismas cosas, de plantearse actividades bajo los mismos esquemas, llega el momento en que hay que cuestionarse si es realmente lo que quiero.

¿Lo que quiero? Normalmente, la capacidad de elegir es considerada como un lujo. Pero yo tengo hoy ese lujo.

Si no puedo decir, y ejecutar, todo a lo que me quiero dedicar, sí que puedo tener bastante autonomía para decir a lo que NO me quiero dedicar, y eso no es sólo la botella medio llena, sino que es acotar bastante la entrada de cosas que nos han venido impuestas, y los sapos que con frecuencia nos hemos tragado.