miércoles, 5 de junio de 2019

De La Mesa a A Fonsagrada

Los que nos metemos en este lío lo hacemos voluntariamente, no caben muchas condiciones. De todos modos, como casi cualquier cosa que requiere esfuerzo, de vez en cuando te gustaría algún tipo de compensación inmediata, como un premio o una recompensa más allá de aquella filfa intelectual del "orgullo del deber cumplido". Porque aquí no hay deberes.

Tal vez por eso nos fabricamos pequeñas golosinas de compensación, como la sonrisa que te intercambias con alguien, el impacto de una vista espectacular… ese tipo de cosas. Están muy bien para mantener la presión en la caldera, pero cuando hay un regalazo, algo que no manufacturas tú mismo, entonces el premio es de salirse del cajón.

Ése es el resumen de hoy: un regalo.

Empiezas despertándote con un primer pensamiento en la cabeza: "Qué bien he dormido", y sabes que no tiene nada que ver con las condiciones físicas ni de entorno, había gente comportándose torpemente anoche tarde y hoy temprano, la litera no era ni mala ni especialmente buena… creo que es, simplemente, encontrarse bien. Así de fácil y así de extraordinaro.


He salido a las 7:45 con 6°, que es una buena temperatura para ir subiendo y con un traje de agua puesto, pero a la hora he superado los 150 metros de desnivel que había que pasar y he empezado a disfrutar de una larguísima y suave bajada hasta el fondo de valle donde se recoge todo el agua de estos montes en una presa. Temperatura ideal, tal vez lloviendo en toda la comarca, pero no en 100m a mí alrededor, suelo cuidado y sin piedras de pista forestal. Un verdadero lujo.

Y me pensaba entonces: "tal vez es que me merezco un día así", con lo que se te sale la autoestima por las costuras.

Por buscar un pero, solo es que más de 8km de esta travesía ha sido por un inmenso pinar destruido por los incendios de 2017. Es extraño, como caminar por el interior de un cadáver.


Y así todo el día, subiendo y bajando, andando y parando y, a partir de Grandas de Salime, abriendo de vez en cuando el paraguas por chaparrones de unos minutos que no merecen la pena de ponerse el chubasquero.



Ya he entrado en Galicia y ya comienzan a poner los símbolos de dirección al revés; pero como es todavía el borde, unos los ponen con mentalidad asturiana y otros gallega. Es lo que tiene un país diverso, que te pierdes en los caminos y luego te ríes un montón.

En fin, he pasado del Pote Asturiano al Caldo Gallego, voy a hacer una siesta y una colada. Cuando te paras hace frío de verdad.


Buen Camino.

2 comentarios:

  1. Por supuesto que no querido. Cuídate de Miguel.
    Esto de tus caminos supongo que es como cuando los hijos salían de casa para la mili. Un no vivir para los que somos madres.
    Besos y buen camino

    ResponderEliminar