lunes, 17 de junio de 2019

Siempre hay una coda

Siempre. Revisando las crónicas de los otros Caminos siempre aparece una entrada final que quiere hacer una especie de resumen de conclusiones, un cierre a la experiencia.

Con el carácter de acontecimiento que tiene la realización de un Camino, parece normal que el cuerpo te pida tal cierre, acabarlo no es algo que pase desapercibido ni que puedas desconsiderar.

Al terminar este Camino Primitivo no voy a sustraerme de la tendencia de los otros, pero el resumen no me sale tan espontáneamente como en otras ocasiones.

Sí me salen preguntas. Curioso, preguntas cuando antes eran afirmaciones llenas de seguridad.

Tal vez la pregunta principal sea ¿Has crecido en este Camino?

Y me digo: Míratelo sin trampas. A medida que me hago más viejo cada vez me cuesta más percibir el crecimiento, y no es porque tenga mucho logrado, sino porque cada vez soy menos flexible.

Me falta mucha perspectiva respecto a mí mismo como para contestar con rotundidad, o tal vez cada día relativizo más. Tal vez sea que me he empapado de las formas gallegas y solo se me ocurre contestar a una pregunta con otra serie de preguntas.

¿Como saber si he crecido? Hasta en esta pregunta sería largo llegar a una respuesta, pero este puede ser un despiece para analizarlo:

- ¿Has mantenido la mente vacía y en calma, o al menos ocupada en algo constructivo?

- ¿Has evitado aturdirte con ruidos, de cualquier tipo que sean?

- ¿Te has orientado a lo que querías conseguir sin sentirte esclavo de los objetivos?

- ¿Has sido capaz de sentir alegría, y disfrutar de ella?

- ¿Has identificado tus permanentes cagadas, y sin tratar de  justificarlas?

- ¿Has aprendido algo de ellas? ¿Te las has perdonado después?

- ¿Has dejado algo mejor de cómo lo encontraste? O, en el peor de los casos ¿Seguro que no has dejado algo peor, habiendo podido evitarlo?

- ¿Has sonreído a los que se han cruzado contigo?

- ¿Has tratado de entender sus rarezas sin juzgarlas?

- ¿Has considerado todo lo que te ha ayudado a llegar donde estás, más allá de tus propios méritos?

- ¿Has agradecido a todos y por todo?

- ¿Has dosificado todas tus energías, y eres capaz de explicar el criterio empleado para ello?

- ¿Has cuidado tu maquinaria corporal, y has facilitado a cada pieza lo que necesitaba?

- ¿Has mirado lejos, estirado los músculos y respirado con profundidad?

- ¿Has sido consciente de cómo entraba el aire y como circulaba la sangre?

- ¿Has negociado con los músculos antes de pedirles un sobreesfuerzo?

- ¿Los has premiado después?

Seguramente hay muchas más preguntas, y respuestas, que indiquen si me aproximo a algo parecido a la satisfacción, sin excelencias, sin destacar, sin medallas.

El mero ejercicio de someterse a esta lista, y a las otras muchas preguntas que vayan apareciendo, significa que, al menos, tengo curiosidad por el tema.

Eso ya es un paso de gigantes

2 comentarios:

  1. Enhorabuena y Muchas Gracias por Compartirlo y disfrutarlo con nosotros.
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Un grande... Todo un Grande... Gracias por compartir.

    ResponderEliminar