sábado, 9 de noviembre de 2019

De Venecia a Padua

Después de varios días haciéndome a la estética y la dinámica de Venecia me resulta curioso desembarcar tras pocos minutos en una ciudad como Padua. La primera sensación es verla como "muy francesa, muy del Imperio".

Edificios nobles y sólidos, espacios enormes y mucho soportal. Tal vez sea porque es sábado, pero me ha parecido bastante chic y animadísima. Muchas calles del centro son un rosario de bares y restaurantes, con mucha gente guapa como solo los italianos saben ponerse, y he visto cantidad de plazas con mercadillos de todo tipo, desde verduras hasta bragas.

Ha debido tener un potente pasado romano y medieval que no he podido palpar en unas pocas horas. El Museo Arqueológico es espectacular y los frescos de Giotto en la Capilla de Los Scrovegni llegan a abrumar. Hay tantísimos que pasa como en las rebajas del Corte Inglés, que casi no ves nada.


Preparando el regreso y tengo que rumiar mucho este viaje. No tanto por lo que he visto, que también, sino por el para qué he venido y el cómo me vuelvo. Lo he disfrutado tanto que no sé dónde ha quedado aquel sentimiento de hartazgo tan pesimista con el que hice la maleta.

¿O era un truco? Porque también cabe pensar que si estaba tan harto no lo habría preparado tanto..... Un tramposo de mierda, me temo.

Arrivederci cara!


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