viernes, 8 de noviembre de 2019

Venecia por dentro

Todo lo que se puede entrar siendo un extraño, fugaz y sin puntos de conexión.

Día de lluvia fuerte e inundaciones donde parece ser que se inunda siempre: donde hay demasiados turistas y pesan demasiado. 




Así que me he reconciliado con las botas y ropa de agua y hoy sí que he entrado en cantidad de sitios para defenderme del mal tiempo. Ningún museo, pero docenas de iglesias y exposiciones de las que apenas sabría decir sus nombres.

¿No se cansarían en su época de ese exceso de Tintorettos, Veroneses, Bellinis, Tizianos, Tiepolos y Canalettos? Me imagino los talleres de estos artistas como una nave industrial produciendo a tope. Si no eran así no se entiende la cantidad de obras que hay en esta ciudad, más las distribuidas por todas las colecciones que se precien en el mundo.

Pasear por estos lugares es como meterse en una enciclopedia, como ser un gorgojo viviendo en el Summa Artis. Los acumuladores de tanto tesoro, los ricos y poderosos de cada etapa veneciana, seguro que eran tan insaciables como los actuales, aunque probablemente no tuvieran ocasión de dispersarse tanto.

Compraban, importaban, financiaban y robaban obras de arte como hoy se hace con cualquier bien. Ahora conseguimos bajo cuerda desde el oro y los diamantes para hacer caja hasta el wolframio y el coltán para la industria, y de la misma manera ellos robaron desde columnas de mármol y esculturas hasta los huesos de San Marcos en Constantinopla con fines de protagonismo político, aunque los muy listos los falsificaron después de perderlos en un terremoto.

La riqueza les hizo tan poderosos en los negocios como en la guerra, nada nuevo en la relación entre ambas cosas, y su declive comenzó con las nuevas rutas de navegación. Otra vez la Geopolítica, más o menos como hoy.



La cuestión es ¿Dejarán los poderosos actuales un rastro tan hermoso siglos después de desaparecer? ¿Tienen nuestros ricos contemporáneos ese deseo de trascender para la sociedad o emplean parte de sus riquezas en tratar de pasar desapercibidos?

No creo que unos sean mejores que otros, pero un día tendré que estudiar un par de cosas que me llaman mucho la atención: los intereses de los ricos y la manía de poner poses absurdas para hacerse fotos. A ver si consigo desentrañar ambas cosas sin emitir juicios.



1 comentario:

  1. Eo!!! Pues estos dos temas que parece que vas a investigar, también me curiosean a mi; lo dxe los ricos... bueno... pues no sé, pero el tema de las fotografias y sus poses es un temazo.
    Primero la obsesión del trascender en cuanto a las fotos, después las poses!!!
    Lo hablamos????

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