jueves, 7 de noviembre de 2019

Zapatos Italianos


Hoy me he cruzado con ellos en un escaparate y me ha dado una punzada. Ese libro es algo de lo que más profundamente me ha tocado en muchos años.

Pero, volviendo a Venecia, afortunadamente hoy no tenía tan elegante calzado para aprovechar un día de sol que me ha hecho maldecir al acarreo de botas de agua y chaquetas impermeables.



Me he tirado temprano a la calle y a la laguna. He ido hasta Burano y La Giudecca, he pasado andando al Cementerio de San Michelle porque no recordaba que hubiera un puente flotante para llegar a la isla, y me lo he tomado con mucha más calma tras las maratones anteriores.


En realidad, lo que hacía era buscar esta estatua que no recordaba donde estaba, a pesar de que no hay tantas en Venecia. Ahora la veo, es la estatua a Colleoni que impresiona tanto como todas las obras de Verocchio. Nadie es tan fiero como lo representa Verocchio, ni tan bello, ni tan fuerte. Ni siquiera tan santo.

En casa tengo un cuadro desde que era veinteañero con los tres David: el de Miguel Ángel, el de Donatello y  el de Verocchio, y éste siempre ha sido mi favorito. No trata de ser una fiel reproducción clásica como el de Miguel Ángel, ni está lleno de simbología como el de Donatello. Es solo un muchacho bellísimo al que no golpearías para que hablase, como dicen que hizo Miguel Ángel con La Pietá.

Caminar y caminar, sin darme cuenta del exceso de kilómetros hasta que caigo rendido por la noche.




Descubrir sitios y notar las diferencias entre cada barrio. Sentir que los turistas destrozan lo que tocan, pero aún quedan partes inexpugnables en esta ciudad.



Y ahí me doy cuenta de mi error, porque pensaba que los ingleses eran los más locos a la hora de poner nombre a los diferentes tipos de calles, pero atención a esta ciudad donde no hay strade como en el resto de Italia, aquí hay un follón de calli, fondamente, río, terra, campi, campielli, salizada, sotoportego, ramo, corte, cortile, ponte, fontego, lista, piscina, ruga.... (he tenido que acudir a una guía para comprobarlo). Lo más fascinante es que, con toda esta colección de términos, y diga lo que diga el diccionario, piazza como tal no hay, porque ese título está reservado en exclusiva a la Piazza San Marco.

¿No es bonito? Pues aquí dejo al León más triste del universo veneciano.





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