martes, 12 de septiembre de 2023

11 de septiembre

 El 11 de septiembre es toda una fecha llena de evocaciones importantes.

Además de ser el día en que El Ejido obtuvo su declaración como municipio independiente de Dalías en 1981, es la fecha para recordar La Diada en Cataluña o el golpe de estado de Pinochet en Chile. 

Todos estos eventos han encontrado más o menos espacio en los noticiarios, la prensa y en los debates con expertos de todo pelaje, con más o menos extensión según el protagonismo que se quiera seguir otorgando al caso del presidente de la FIFA, al cansino proceso de la investidura del presidente del gobierno, o al terrible terremoto de Marruecos. 

Estas conmemoraciones de refieren a hechos que, de alguna manera, han cambiado la historia o han tenido un impacto en ella, por eso me parece extraordinario que haya casi desaparecido cualquier mención a los atentados de las Torres Gemelas de 2001. Algún medio lo ha tocado de pasada, pero nada que ver con lo que se ha comentado en años pasados. 

Sería extraño que se debiera a que no hay sitio para tantos temas en los formatos de los noticiarios, y más extraño todavía que no se quieran alimentar especulaciones que algunos tratan de estirar, con lo que eso gusta a los medios. Casi suena a una consigna que el Telediario de la televisión pública ni lo haya mencionado.

Este atentado, a pesar de las interpretaciones de los conspiranoicos o de los negacionistas, ha supuesto la culminación del declive de EEUU, que empezó con el desastre de Vietnam, y nos ha afectado a todos desde el momento que se aceptó la intromisión del poder en nuestras vidas a cambio de mayor seguridad, y el sometimiento generalizado a controles que han llegado a unos niveles... llamémosle estúpidos en algunos casos

No soy de los que buscan tres pies al gato, solo digo que: ¡Qué raro!


P. D. Para los frikis: Ver en Wikipedia las efemérides del día es desbordante.


La imagen es de ABC 

domingo, 4 de junio de 2023

Coda

Otro Camino

¿Seguro? Yo no lo estoy tanto

No es "otro" netamente desde el momento en que no tiene la parafernalia jacobea. Primer punto y nada irrelevante.

Tampoco es "otro" porque el planteamiento no se parecía mucho al de los anteriores. No se trataba tanto de "ir a" como de "salir de", y esa diferencia es crucial.

Tampoco es tan "otro" por el ambiente que lo ha rodeado. Tanto el ambiente físico como el humano son radicalmente distintos: Castilla y Montaña profundas en el primer caso y soledad brutal y absoluta en el segundo.

En fin, que ha sido una experiencia más de donde me queda el regusto por las bellezas contempladas, por los momentos vividos, por las emociones, por los reencuentros con este chico que vive conmigo y que estaba un poco perdidico. 

Y no menos importante, por comprobar que el cuerpo aguanta y que puedo seguir contando con él como vehículo y como contenedor de experiencias.

Cierto es que para llegar a esta conclusión tampoco hay que meterse en hazañas. En una semana en Venecia caminé mucho, descubrí muchas cosas inimaginables y fabriqué una experiencia personal sin tener que echar el páncreas por la boca. Quiero decir que tener el cuerpo a punto para hacer cosas y tener el ánimo listo para maravillarse tampoco exigen llevarlos al límite de su resistencia. Claro que no es una exigencia, pero está bien comprobarlo de vez en cuando.

Ha sido bonito y ¿saben lo más bonito? Pues que quería hacerlo y lo hice. No es tanto la machada del de Bilbao con sus dos cojones o lo del niño consentido con sus caprichos, nada de eso, sino ese horror que siempre he tenido por arrepentirme por las cosas que he dejado de hacer. Cosas concretas y reales, nada de quimeras.

Para arrepentirse por lo hecho siempre hay argumentos consoladores, nos justificamos y, en el peor de los casos, también nos podemos perdonar. Arrepentirse por lo no hecho es como una losa atada al tobillo.

viernes, 2 de junio de 2023

De Pasagüero a Potes

Por ser el último tramo amanece en la montaña como solo aquí sabe amanecer, y parece que los diseñadores del Camino han querido darnos a conocer todas las aldeas que quedaban.

Si no es por ese motivo no alcanzo a entender la cantidad de vueltas y revueltas que he hecho. No es que me parezca mal, porque cosas bonitas he visto como Santa  María de Piasca, he tocado la campana de la iglesia de San Roque, que es otro clásico, pero aún así creo que ésto no es un camino medieval de peregrinos que buscaban combinar la mayor estabilidad de curvas de nivel, la mínima distancia y el mayor número de sitios con servicios. Complicada fórmula.

El último tramo antes de acercarme a la civilización era un bosque que parecía no haber sido pisado nunca, y la señalización en Cantabria…. podría haberla puesto alguien que hubiera caminado alguna vez en su vida, porque son mojones escasos, pequeños y cubiertos por la hierba que te dicen: "hasta aquí vas bien , luego ya veremos". Avisar, lo que se dice avisar, no avisan mucho.

Pero ya está, llegar a Potes es un shock por la cantidad de gente, de pasos de peatones y, sobre todo, de bares. Tras dos semanas sin haberlos visto ahora no sé qué pedir. 

Siempre ha sido una ciudad turística, pero se va pareciendo peligrosamente a Santillana del Mar. Mucha gente, pero mucha, que llegaba de hacer el Lebaniego desde San Vicente de la Barquera, otro montón de gente de excursiones de día desde 100 km. a la redonda. Si a esto se le suma lo del Monasterio de San Toribio de Liébana y su año jubilar y los viajes de adolescentes en fin de curso… el mogollón es tremendo.

Y menos mal que puedo ir entrando poco a poco en las aglomeraciones, porque luego llega Santander, que cada día está más chic con gente de bien... y ya veremos cómo aterrizo en Madrid sin tener un respiro.

Ahora voy combinando buses y trenes para volver con el regusto de cuánto ha valido la pena, de la cantidad de jugo que se saca de una experiencia de éstas y, con toda seguridad aunque no lo perciba conscientemente, de cuán bueno debe ser esto para el cuerpo, que lejos de pedir sopitas y buen vino, todavía pide caña.

Mañana el último madrugón de tren y pa casa.

jueves, 1 de junio de 2023

De Camasobres a Pesaguero

Estaba deseando dar este pasito. Pasar esta cresta es acabar con una subida dura y compartida con las vacas para entrar en otro tipo de paisajes.


Además, casi  toda la subida ha sido por un estrecho pasillo que se supone que era el de mejor pendiente, pero eso mismo habrá pensado el agua porque ambos hemos elegido el mismo terreno: agua, barro y las plastas de las vacas. La colada que hice ayer no ha sido una buena inversión.


¿Y qué pasa al entrar en Cantabria? Pues que cambia el registro de colores para formar cuadros de abrir la boca



Ya sé. Me preguntarán si no había dicho hace poco cómo me gustaba la Tierra de Campos, o los bosques palentinos…. Ya sé, soy la misma persona que hoy habla de la emoción de este nuevo lugar. En mi defensa, además de la tendencia actual por el poliamor, solo puedo decir que nadie puede discutir la belleza de los Picos de Europa. Es algo impresionante.


Todo se disfruta de una manera especial cuando se sabe que ésta es la gran y última subida, después viene el relajo (sin descuidar las rodillas) gozando del espectáculo de una bajada de 1.000 metros al tirón.


Las aldeas parecen colocadas como para un calendario de época. De aquellas que se decía que tenían "fotografías iluminadas".



No es una definición sutil ni demasiado poética, así que voy a abandonar el intento de hacer descripciones para pasarme directamente al cocido lebaniego.




miércoles, 31 de mayo de 2023

De San Salvador de Cantamuda a Camasobres

Ya casi en el techo de este Camino, mañana lo alcanzaré con sus 1.450 m. Podría haber sido hoy, pero hay varias circunstancias a tener en cuenta:

1.- La montaña rusa. Este Camino, en su parte de La Pernía, o comarca de la alta Montaña Palentina, tiene unas oscilaciones de relieve terribles. Hoy he subido con la lengua fuera y un paso alpino al borde de las fuerzas, pero luego he tenido bajadas donde apenas podía contener la caída con los bastones. De manera que sí, es cierto de subes, pero cada día comienzas desde mucho más abajo de la cota alcanzada en el día anterior.



2.- Los horarios. Cómo me gustaría salir a caminar sin más. Teniendo reservado el alojamiento al final del día cabría suponer que esto es un deambular placentero con pausas para tomar el aire y mirar a menudo 360° alrededor, pero no es así. Sabiendo que la tormenta llega al medio día, hay que darlo todo para estar a resguardo antes de esa hora, y eso obliga a subir como si no existiera un mañana ¡Qué sin sentido para un jubilado!


3.- Las tormentas. Esa es la otra: una tormenta desde tu pisito en la ciudad puede ser molona, pero no nos engañemos. Cuando te coge una tempestad con truenos, rayos y lluvia furiosa en la mitad del mar o del monte la cosa cambia mucho. Es el momento en que, tonterías aparte, te das cuenta de que entre el cavernícola primitivo y el ciudadano actual la cosa no ha cambiado tanto, y hay anclajes del cerebro que todavía te hacen temblar y buscar a un brujo que pueda tranquilizarte (no suele haber ningúno a mano..)


Así que corriendo corriendo. 



Hoy la jornada era corta, pero con oscilaciones de altura tremendas, de manera que si hubiera tenido que hacerla más larga, para avanzar hasta Pasagüero, por ejemplo, habría sido razonable en longitud, pero no habría tenido recursos para cumplimentarla en tiempo.


Es igual. La belleza persiste y, a estas horas de la siesta, apenas puedo recordar un momento de desfallecimiento de los que seguro que ha habido.


He de confesar que estoy solo en un hostal de lujo y,  tras haber comido de maravilla, estoy leyendo la prensa y viendo la tormenta a través de las cristaleras con un gin tonic en la mano y dejando pasar la tarde.



Mañana será un día similar: un subidón de poco más de un kilómetro y luego dos días de bajada a tumba abierta hasta Potes.


Si la belleza de los lugares no decae demasiado, y no lo hará, seguirá valiendo la pena.




martes, 30 de mayo de 2023

De Cervera del Pisuerga a San Salvador de Cantamuda

Caminata exigente y disfrutona.

Exigente porque, ya era sabido, la Montaña Palentina tiene su carácter; no está para bromas y cuando dice de subir, hay que subir. Más que la altura, que también, lo que duele es lo largo de las rampas, donde se demuestra que con muy buena voluntad no es suficiente: hay que tener más fondo o enseguida empieza a fallar del fuelle. Una cuesta de SOLO 3 kilómetros son unos 6.000 pasos,y otros tantos suspiros.

Y disfrutona por todo lo demás, tanto como para que la dureza se olvide a la segunda clara con limón.

Excepto por los miles de cosas que descubro cada día, no hay nada más bonito que caminar por un hayedo denso (creo que son hayas, pero hay de todo). Es de una magia casi irreal.

El camino de hoy empieza con la Senda del Oso pegadito al río. Osos no he visto más que el gordo de la foto, pero si muchos ciervos, y parece de Walt Disney verlos correr por el bosque saltando limpiamente las cercas de los pastores eléctricos.

Es un camino de una belleza tal que no me extraña que la aldea de Arbejal (150 habitantes) tenga su salón de eventos mirando al valle. No puede haber espectáculo más bonito (y también tienen canchas de bolos montañeses, que hacía siglos que no veía).

La senda es la antigua de los arrieros que llevaban mercancías entre la meseta y la costa, y ésto es siempre garantía de sentido común en el trazado.

También comparte algo del trazado con el mítico Sendero GR-1, desde Ampurias en Gerona a Finisterre a lo largo de más de mil kilómetros (que, yasieso, lo haré en otro momento) pero la construcción de embalses no solo ha sepultado pueblos enteros sino que ha hecho desaparecer sendas con siglos de existencia, dejando algunas veces el camino en un ejercicio de funambulismo al que tampoco le falta belleza.

Luego pasa por un Bosque Fósil, donde las paredes recogen los perfiles de todos los árboles que fueron sepultados por un tsunami hace ni se sabe cuántos años.

Hace unas semanas, preparando este viaje, me preguntaba cómo era posible que en los anteriores Caminos siempre encontrase la dirección correcta en lugares tan remotos y tan solitarios, y la verdad es que siempre se encontraban. La señalización es crucial pero, a falta de ésta, existe una especie de instinto que te guía, o que te ayuda a encontrar una señal oculta cien metros más allá, o que te hace parar sospechando que algo no va bien, y te das la vuelta hasta que descubres el error. En este Camino la señalización es extraordinaria, tanto que creo que hay tantas señales diciendo "por aquí" como todas las alternativas de "por aquí no", que son un montón. Un verdadero lujo que te ahorra contratiempos.

Y por si el camino en sí no fuera suficiente premio, la llegada a San Salvador de Cantamuda hace el bingo ¡Qué preciosidad de iglesia y qué coquetería de lugar!

Voy a descansar, porque leo que la de mañana será más dura que la de hoy…. pero ya no falta mucho.


lunes, 29 de mayo de 2023

De Perazancas a Cervera del Pisuerga

Ganando altura, en un día de constantes subidas y bajadas que son un buen entrenamiento para lo que se me viene encima ya mismo.

A pesar de que vuelve la incómoda zahorra en la mayor parte del camino, todavía puedo mantener buenas medias. 

Hay algo nuevo en mi manera de andar que no consigo explicarme: después de una larga subida, donde está claro que reduces la velocidad y acortas la zancada, llega el plano o la bajada y sigo un buen rato así hasta que me doy cuenta y me fuerzo a recuperar el tono.

¿Es cosa de la edad? ¿Tan distraído voy? 

En aquel libro de Millones de Pasos, decía Carolina Reymúndez que "caminar para adelante se parece mucho a caminar para adentro" y debe ser esa abstracción la que me hace olvidar los pies y meterme más y más en la cabeza.

Con algo de suerte, habría que esperar que si se tiene algo de perspectiva y ya no hay que vender nada a nadie, tanto tiempo por ahí dentro debería ayudar a ser mejor persona ¡Que maravilloso efecto secundario para algo que me gusta tanto!

De todos modos, profundidades o distracciones no me impiden darme cuenta de la maravilla que me rodea. En la primera mitad de la jornada se han sucedido todos los paisajes del catálogo, como si fuera un pase de modelos, donde solo faltaba la sección costera. En la segunda parte he caminado pegadito a una gran muralla de una alta falla donde reside una buena cantidad de buitres.


Y es que he venido a maravillarme.


P.D. Por cierto, os dejo solos una semana y vaya la que habéis montado en la elecciones. Necesito una sesión monográfica con el sociólogo de cabecera, y veo que en julio no podré salir de casa.

domingo, 28 de mayo de 2023

Del Prádanos de Ojeda a Perazancas


Esto ya es otra cosita que me suena más. El cuerpo se pone tan contento de subir y bajar por bosques, disfrutando de un día de sol perfecto que resalta todos los colores.

En un altozano he coincidido con un claro del bosque y, de repente, veo que asoma la nariz la mole de la Montaña Palentina. Así visto, la verdad es que acojona un poco, pero esto es lo que hay (una vez más) y si quieres llegar al Valle de Liébana hay que atravesarla.



Ningún problema, si Aníbal pudo hacerlo con los Alpes, y cargando con el pienso de las elefantes, seguro que yo puedo con ésto.


La derivación al Camino del Románico Palentino ha tenido de todo. La fachada de San Juan de Moarves (25 habitantes) tiene un pantocrátor de los más espectaculares que he visto, y las otras visitadas y la de la propia Perazancas también tienen gracia.



De todos modos las monjitas de San Andrés de Arroyo me la han jugado. Visitar su claustro para ver si es tan comparable al de Silos era uno de los objetos del viaje y el eje para organizar las etapas o dormir en el sitio carísimo de anoche. Llego a las 11:05 y me salen con que la visita era a las 11:00, y que hay otra a las 12:00.


No ha servido que les diga que yo no quiero una visita guiada, que llame su atención en que a las 11 no han tenido ni un visitante y que tampoco esperan a ninguno a las 12. Me dicen cosas tan absurdas como que me espere una hora en la puerta o que vuelva otro día, cosas propias de mirarse su hombligo bajo los castos hábitos.


Nada que hacer, es la tontería senil tan propia de la Iglesia que la impide ver por qué los templos están vacíos y los seminarios decayendo. Como no les ha gustado nada que les recordara las obras de misericordia que mandan "dar posada al peregrino", me he marchado sin verlo.


Ningún problema a estas alturas. Esto se soluciona poniéndose en modo La Zorra y Las Uvas considerando que el monasterio está lleno de andamios y de grúas, así que puede que tampoco pudiera verlo bien.


Y el Bar La Pitusa donde me acogen esta noche es una verdadera maravilla, con dos cantineras que te hacen sentirte bien de verdad. La casa es fría como un demonio, pero tiene encanto.



Clima de meseta alta: atardeceres con lluvia y frío.

sábado, 27 de mayo de 2023

De Herrera del Pisuerga a Prádanos de Ojeda

Otro día de una ruta demasiado corta ¿Qué le vamos a hacer? Eso es lo que hay y todo depende la existencia de los escasos (y a veces caros) alojamientos disponibles.

Se acabó el Canal de Castilla. En Alar del Rey termina (o empieza) sin llegar a Santander como era el proyecto original. Un proyecto tal vez bueno y muy ambicioso para los tiempos que corrían. Entre la ruina de la desintegración del imperio, la invasión napoleónica, las guerras con Inglaterra y nuestra afición a las guerras civiles, se perdieron 100 años que fueron los que tardó el ferrocarril y su máquina de vapor en arrinconar este obrón como medio de transporte.


De todo lo que hubo han desaparecido todos los molinos y harineras que movían sus aguas, queda alguna pequeña turbina eléctrica y todo el uso actual se limita al regadío y al agua de boca para Valladolid y Palencia.


No digo yo que sea poca utilidad, pero tal vez con un coste desproporcionado en sangre cuando me imagino las penalidades de la construcción y veo las mazmorras de los obreros/presidiarios/esclavos que lo llevaron a cabo.


Se acaba el Canal y con ello llegan los campos desnudos y las primeras rampas. No me asustan porque ya sé de qué va esto y me encuentro a mitad del camino hasta Liébana.


Si continuara por la ruta prevista llegaría en unos 110 km, pero me salgo temporalmente por "El Camino Natural del Románico Palentino y Ruta del Carbón de Cok" (!!!) que seguro que me agradecen los ojos.






viernes, 26 de mayo de 2023

De Osorno La Mayor a Herrera del Pisuerga

¡Hecho!

A pesar de ser la etapa más larga no se percibe así, tanto por el entrenamiento previo como porque el suelo es mucho mejor, con menos guijarros, y porque el paisaje va cambiando.

Las eternas llanuras de cereales van dando paso a bosquecillos y el terreno se va ondulando. Todavía sin verdaderas cuestas pero más animadito.

Este lugar, vacío de gente como todos, tiene cosas curiosas. El albergue municipal es una construcción con un gran patio central que hace también las funciones de estación de autobuses, museo de arqueología, aulas de formación... y helipuerto.

La parte de albergue es un verdadero lujo, con una cocina y comedor amplísimos, 4 habitaciones para 6, con cuarto de baño de verdad en cada una, con gel de ducha y champú de verdad, con sábanas y toallas de verdad y con funda nórdica de verdad. Y al despertarme de la siesta veo que han encendido la calefacción, y más vale. 

También estoy solo aquí, me han dado las llaves en el ayuntamiento y mañana las dejo en un buzón.

Ya se me acaba pronto el Canal, y en Herrera hay todo un jaleo de cruces de ríos y canales secundarios que resultan muy interesantes, con barquito de excursiones incluidas.

Por lo demás, Herrera está tan contenta de haber sido la cuna de José Antonio Girón de Velasco (a quien Dios mantenga en su gloria, aunque yo lo hacía de Fuengirola), de la exaltación del cangrejo de río (con su correspondiente Centro de Interpretación) y de una ermita donde un artista local se vino arriba pensando que era Giotto (verlo AQUÍ)

El cuerpo ya se entona y se envalentona para los próximos días. Aún falta para la parte dura, pero no hago más que animarle con el oé, oé oé oé. Es como si no hubiera hecho otra cosa en su vida, aunque ¿y si las demás actividades previas no hubieran sido nada más que una preparación para esto?



jueves, 25 de mayo de 2023

De Frómista a Osorno La Mayor

Con el tipo del bar:
-"¿Dónde queda Osorno La Menor? Porque por aquí cerca no veo nada…"
-"Bueno, sí hay otra Osorno, que está en Chile, y a ésta le pusieron La Mayor para no confundirlas"
-"Ya, claro"

Somos un país de hidalgos, ciertamente

Luego he consultado en Wikipedia y la de Chile tiene unos 160.000 habitantes, y ésta roza los 1.000

Pero bueno, ya estoy aquí tras 7 horitas junto al Canal. La primera ha sido un poco molesta porque caminaba orientado al Este puro, y con el sol bajo a primera hora no veía más que bultos a contraluz, muy pegados unos a otros, que decían Buen Camino,Buen Camino, Buen Camino, Bon Jour, Buen Camino….

A algunos coreanos he tenido que tranquilizar cuando nos cruzábamos en dirección contraria y sospechaban que se habían perdido. Pero en 5 km yo he seguido el Canal para el Norte y me he separado del Camino Francés. A partir de ahí ni coreanos ni palentinos ni nada; no he vuelto a ver a nadie.

Me encantan los bosques, las vistas desde una montaña son sobrecogedoras, el desierto me impresiona, el borde del mar es hechizante…. pero el paisaje tan castellano de Tierra de Campos me deja vacíos los pulmones. No sabría explicarlo

Esta naturaleza enorme, todo lo que se siente con ella, se convierte en un espectáculo del que cuesta resaltar unos motivos sobre otros.

Con un poco de suerte mañana doy por cerrada la fase de entrenamiento y puesta a punto para empezar luego con La Montaña Palentina y Los Picos de Europa. No va todo tan perfecto como me gustaría, pero será una jornada de 34 km que pondrán las cosas del su sitio.

Me está viniendo muy bien

miércoles, 24 de mayo de 2023

De Amayuelas de Abajo a Frómista

No sé qué hubiera sido de mí si estas sensaciones tan placenteras de vagabundeo las hubiera conocido a los 19 años en lugar de ahora. En aquella época, la desesperación por no encontrar trabajo y no poder independizarme me tenían muy amargado, y llegué a fantasear con la idea de enrolarme en un barco como chico para todo.

Luego las cosas cambiaron y me metí en la senda de la que no puedo asegurar que fuera la mejor, pero he de creerlo así porque ha sido la mía.



Salir de donde he dormido con las primeras luces del día e ir poniendo un pie delante del otro es algo que (hoy por hoy y con un millón de circunstancias) me acerca bastante a una sensación de plenitud.


El viento, el silencio atronador, el espacio, todo el cerebro disponible para divagar… Una maravilla.


No voy a dar un discurso sobre biomecánica, pero caminar con bastones es algo completamente diferente. Ayer iba de chulito sin ellos haciendo una ruta larga y los pies se han quedado muy resentidos. No es culpa del calzado porque estos zapatos y calcetines ya llevan más de dos Caminos, pero es obvio que cuando los pies solo tienen que sostener el peso sin ocuparse de guardar el equilibrio ni impulsarse sufren mucho menos, y hoy he podido comprobarlo. Espero que se recuperen pronto.



La etapa ha sido muy corta, pero la de ayer era muy larga y la de mañana más o menos igual, así que no hay más opciones que apuntarse de nuevo al "esto es lo que hay".


Pensaba aprovechar el mucho tiempo disponible para disfrutar de un lugar tan hermoso como Frómista, pero compruebo que, desgraciadamente, los diez años transcurridos desde que pasé por aquí como peregrino del Francés han hecho estragos: todos los sitios con menús de fotos, camareros bordes, masificación, mal rollo por todas partes…. Una lastima que me ha llevado a mantener una fuerte discusión con un tipo que me regañaba, y ya me pilla muy mayor para aguantar ciertas cosas. Debe ser la globalización.



No pasa nada, mañana vuelvo al Lebaniego y a dedicarme a mis cosillas.

martes, 23 de mayo de 2023

De Palencia a Amayuelas de Abajo

Muy fácil, pero demasiado larga. Para ser la primera etapa hubiera sido mejor ir poco a poco, porque el atracón de los 32 km es algo excesivo y deja de disfrutarse. Lo que pasa es que a lo largo de estos 32 km no hay absolutamente NADA, y eso imposibilita hacer paradas intermedias. 

Es lo que hay, y me temo que esta frase la repetiré con frecuencia en los siguientes días de esta ruta.

La buena noticia es que el cuerpo se acuerda de en qué consistía esto de caminar: la espalda funciona, las rodillas funcionan, los pies se quejan porque llevan la peor parte, pero cumplen, y habrá que prestar atención a la cabeza del fémur derecho. No pasa nada, pero anda diciendo que está ahí.

Se le hace raro a un almeriense caminar durante tantas horas junto a un cauce de agua tan abundante, y al final, junto con el cansancio, ya casi ni me he dado cuenta de su presencia.

Pero la verdad es que resulta impresionante la obra del siglo XVIII con todas sus esclusas de diseño de Leonardo da Vinci, los acueductos con el canal navegable por arriba y ríos o carreteras por abajo.

Y en primavera se hace aún más impresionante con la cantidad de verde y de flores que han adornado las riberas fresquitas.

En fin, en el sitio al que he llegado estaré solo, y dudo que haya alguien más en la aldea. Me darán de cenar, me traerán un desayuno y me dejan un montón de mantas. En realidad es todo cuanto necesito.

En todas estas horas de caminata no he visto a nadie, así que no puedo saber si aquí también se dice "Buen Camino".

lunes, 22 de mayo de 2023

PALENCIA

Es una pequeña joya, no sé cómo será vivir aquí permanentemente, pero para un día de paseo se disfruta de la sensación de trasladarte 100 años hacia atrás, a pesar de la machacona globalización invadiendo todos los locales de la Calle Mayor o de un gran crecimiento de barrios muy nuevos y bien ordenados.

Es un escenario para historias clásicas, para cine en blanco y negro, para miradas intensas y silencios pesados.

Y aquí estoy, dispuesto a mover las piernas después de muchos meses de parón. Me meto en una senda que promete ser dura, tanto por la soledad inicial como por las montañas posteriores, y todos los pronósticos son de clima impredecible (como suele suceder en todas las primaveras)

Me encuentro bien, lo necesito, y también tengo una extraña sensación como de fragilidad. Es algo muy nuevo, no son dudas ni inseguridad, ya lo iré descubriendo.