martes, 23 de mayo de 2023

De Palencia a Amayuelas de Abajo

Muy fácil, pero demasiado larga. Para ser la primera etapa hubiera sido mejor ir poco a poco, porque el atracón de los 32 km es algo excesivo y deja de disfrutarse. Lo que pasa es que a lo largo de estos 32 km no hay absolutamente NADA, y eso imposibilita hacer paradas intermedias. 

Es lo que hay, y me temo que esta frase la repetiré con frecuencia en los siguientes días de esta ruta.

La buena noticia es que el cuerpo se acuerda de en qué consistía esto de caminar: la espalda funciona, las rodillas funcionan, los pies se quejan porque llevan la peor parte, pero cumplen, y habrá que prestar atención a la cabeza del fémur derecho. No pasa nada, pero anda diciendo que está ahí.

Se le hace raro a un almeriense caminar durante tantas horas junto a un cauce de agua tan abundante, y al final, junto con el cansancio, ya casi ni me he dado cuenta de su presencia.

Pero la verdad es que resulta impresionante la obra del siglo XVIII con todas sus esclusas de diseño de Leonardo da Vinci, los acueductos con el canal navegable por arriba y ríos o carreteras por abajo.

Y en primavera se hace aún más impresionante con la cantidad de verde y de flores que han adornado las riberas fresquitas.

En fin, en el sitio al que he llegado estaré solo, y dudo que haya alguien más en la aldea. Me darán de cenar, me traerán un desayuno y me dejan un montón de mantas. En realidad es todo cuanto necesito.

En todas estas horas de caminata no he visto a nadie, así que no puedo saber si aquí también se dice "Buen Camino".

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