sábado, 3 de junio de 2017

De Iria Flavia a Santiago

No es que sea muy larga, solo 24 km, pero he tenido que hacerla a la carrera porque no me aguantaban la reserva de mi albergue favorito más tarde de las 14 h. Ni para un café con meadita he podido hacer pausa.

Y ya estoy aquí. Santiago está a reventar de gente porque siempre la hay, porque todavía no hay vacaciones para los estudiantes y porque es fin de semana. Encima hay algún tipo de festejo marítimo/militar y está lleno de guardamarinas vestidos de bonito.


 

Por otro lado, las sensaciones en Santiago han sido algo diferentes​, tal vez por haber sido un camino más corto o porque tengo la cabeza puesta en A Costa Da Norte, donde voy mañana en una extensión de tres o cuatro días más.

Aún así, la magia de esta ciudad está por encima de esas circunstancias y siempre me invade esa sensación de estar pasando una experiencia o un momento mítico. Es tremendo el peso que tienen aquí las connotaciones del escenario.


 

Y hablando de escenarios, no comenté ayer nada sobre el escudo de armas que se diseño Don Camilo cuando le hicieron Marqués de Iria Flavia. Ahí está presidiendo la fachada del Palacio de la Fundación Camilo José Cela. No me ha pasado desapercibido, aunque tengo que poner la cabeza a trabajar un rato durante la caminata de mañana para descubrir qué es exactamente lo que siento. De momento, me parece tener una sensación un poco incómoda.



Bueno, a patear Santiago un poco más. Bom Caminho.






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