viernes, 16 de junio de 2017

Trilogía del muchacho

  • Voy a suicidarme
  • ¿Cómo?
  • Cómo diablos voy a saberlo, nunca lo he hecho
Te deja pasmado.

Desde que era muy muy adolescente, cuando casi marca mi vida un tipo como Knut Hamsum, los nórdicos han ejercido una enorme atracción y, de alguna manera, han marcado lo que pudiera llamarse "mi estilo".


No deja de ser extraño, o contradictorio, que los nórdicos y los victorianos (Hamsum, y ahora Mankell, y Wilde) sean esa especie de foco que tanto me atrae. No hay formas ni conceptos tan opuestos como los que enfrentan la simplicidad descarnada con el barroquismo dandy, pero ahí está la realidad.

La trilogía de Jon Kalman Stefansson no es solo la de un nórdico sino la de un islandés, que ya es el colmo, y puedes sentir el frío de la ventiscas o la tragedia de la oscuridad en una barca como si fuera tu propia piel la que está en juego.

Ese planteamiento lúcido y sobrio, ese ahorro de palabras, ese "lo que hay que hacer", esa fortaleza de convicciones... qué horas acaban de hacerme pasar.

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