Causa una extraña sensación atravesar todos los grupos de surfistas cargado con una mochila, bastones y con esta pinta, pero debe haber sitio para todo el mundo.
Excesivo calor. Los anuncios meteorológicos avisaban de galerna en el Cantábrico, y el calor de 33° en esta tierra junto al fortísimo viento son los elementos necesarios. El barco que me ha cruzado de Somo a Santander se movía lo suyo.
Media mañana en Santander para ver qué hacer. Tanto asfalto y tantas vueltas inútiles llegan a cansar. Para colmo, en la ruta de hoy hay que jugársela pasando por un puente de ferrocarril ¿están locos?
Lo tengo claro, no llevo demasiado entusiasmo y me salto los próximos 25 km en bus. Por lo que estoy viendo para el resto de la costa, es probable que lo haga más veces, como en la jornada Gijón/Avilés, que promete ser como la ya eliminada de Bilbao/Santurce.
Aún así, pese a todo, buen Camino.
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