sábado, 15 de junio de 2013

De Bercianos del Real Camino a Mansilla de las Mulas

27 km, y creo que es mi límite, al menos bajo este calor y con este peso.

Ha sido uno de esos días de caminar obsesivo, cuidando de hacerlo como los cherokees, paso largo y pausado y sin perder el ritmo, porque sé muy bien que si lo pierdo comenzaré a arrastrar los pies y no será fácil recuperarlo. Mi madre usaba el truco de ir tarareando marchas militares por lo bajo (y, a veces, no tan bajo) pero yo no me sé ninguna.

¡Qué ganas tengo de salir de aquí! Rectas eternas sin nada por medio (ni sombra ni más agua que la que puedo cargar) durante tantas horas, en lo que parece otro país con casi todo ya segado y empacado, y con los Picos de Europa a mi derecha, todavía con bastante nieve.


Leí no sé dónde que, cuando haces esto durante mucho tiempo, la sangre comienza a pasar por lugares donde no había estado en su puñetera vida, y es cierto.

He tenido oportunidad de identificar todos y cada uno de los engranajes puestos en juego, como se organizan y se pasan mensajes entre ellos, y como también te confundes cuando no estás atento a lo que dicen. En un momento dado, tienes un bajón y te da la sensación de no poder más, entonces convocas al Comité de Crisis y comienza el cuestionario:
-Vamos a ver, todos cansados al mismo tiempo no puede ser. Los pies ¿cómo lo lleváis?
-Hombre nosotros creemos que tiramos...

Y lo mismo vas preguntando a brazos y espalda para ver lo que pasa.
  • -Bueno,  pues seguimos, pero sin bastones para que descansen los brazos de remar.
  • -Vale -dice la espalda- pero que entonces las piernas no se espatarren para mantener el equilibrio, porque entonces se me menea mucho la mochila.
  • -¿Habéis oído, piernas? A ver si ponemos todos un poquito de nuestra parte.

Y así vamos negociando cada dos kilómetros hasta llegar. Es cansado, claro que sí, y las piernas son las más fuertes del equipo, aunque al final reconozco que estaba groggy.

Pasos, bastones, y esa sombra siempre unos metros por delante.

En uno de esos momentos de duda, me frena un coche al lado y viene hacia mi el conductor (hoy todo el camino ha sido junto a la carretera). Me saluda tan cariñoso el hombre y me da un folleto de un "albergue estupendo" en Puente Villarente. Le doy las gracias con la más estúpida de mis sonrisas y me desea "buen Camino". Transcripción mental no expresada: Me voy a cagar en todos tus muertos, cabrón ¿no sería mejor que me llevaras en el coche en lugar de hacerme cargar con papelitos hasta una papelera dentro de 15 km? Esto debe ser lo que llaman la rica vida interior del peregrino.

Y nuevos hallazgos de la fauna peregrina: He estado hablando con un polaco que lo está haciendo en sentido inverso porque, según él, "lo que más me interesa es ver la cara de la gente". Se va a hinchar de ver caras que van hacia Santiago. Eso está bien, porque cuando tienes la tentación de pensar que eres un poco rarito, siempre encuentras quien te supera
Después de comer (tarde y una barbaridad de cecina y picadillo) me he puesto a consultar la guía para mañana, y la conclusión es que paso de caminar horas atravesando polígonos industriales periurbanos, como pasa en todas las ciudades grandes, así que, a pesar de la peste que emano, me considero como la chica de L'Ôreal y me pillo un bus directamente León: "Porque yo lo valgo". 1,5€ y 20 minutos contra otro día de padecimiento.

Así que mañana vacaciones: despertarse tarde, pasear donde hay sombra, revisitar una bonita ciudad, patearme el barrio húmedo y acostarme cuando me de la gana, sin las agonías de que se cierra a las 10 y te echan a las 6.


Aceptando como razonable la duda de si me estoy volviendo loco, la verdad es que lo estoy disfrutando. 

Buen Camino.

3 comentarios:

  1. un poco loco sí que te estás volviendo, porque eso de hablar con tu cuerpo y llegar aun acuerdo... xD

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  2. Y la cabeza que?, has descrito todo menos eso, la cabeza.
    Lo mejor es cuando tomas e autobús, no se porqué pero te veo más relajado.¿?.
    Te estás convirtiendo en un profesional y poco te falta para consultor de, camino, jajajajaja.
    Buen camino y sigue escribiendo que está chulísimo.
    Muchos besos.

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  3. Estoy de acuerdo con las dos entradas anteriores

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