Sería cínico decir lo de "tras un mes de padecimientos...". Seguro que los ha habido, pero ahora no soy consciente de ninguno de ellos, salvo como alguna anécdota suelta.
Así que vamos a expresarlo mejor como "tras un mes de experiencias" me encuentro con Yayo y, claro, pasa lo previsible: Que me encuentro con quien entiende lo que digo, aunque no haya dicho ni una palabra, con quien tengo ganas de hablar y con quien me ofrece lo que mas puede apetecerme en este momento:
- Compañía relajada
- Cariño bajo la piel
- Excelente vino
- Preciosas navegaciones por la ría
Todo ello es un placer, y se desarrolla en el entorno propicio en que él acaba de jubilarse por la puerta más grande y que disponemos del tiempo, el sol, el viento y el mar.
¿Existe mejor manera para cerrar el largo camino? Tal vez, pero esta es una de las mejores.
Puede que estos dos días me estén dando pistas de por dónde van a ir saliendo las cosas. Los momentos, los paisajes, las personas, todo lo que he ido sintiendo va aflorando de manera pausada y poniéndole una sonrisa dulce, así que voy a volver a vivirlo de nuevo.
Será de otra manera, y para ella también me deseo Feliz Camino
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