jueves, 27 de junio de 2013

De O Pedrouzo a Santiago

Es una sensación muy extraña. Como si todas las sensaciones/sentimientos se atropellaran por salir claros e inmediatamente.

La caminata ya no sé lo que es, ha sido un trámite de 20 km que, tal vez por tener una "meta"clara, a veces se han hecho un poco pesados.


Pero una vez aquí... es muy difícil explicarlo.

No tengo en cuenta los iconos, entre otras cosas porque el Pórtico de la Gloria está en restauración, pero esta ciudad, su casco viejo, tiene una magia especial. Cada calle, cada taberna, cada rincón tiene una personalidad infinita, y viene sonido de gaitas de no sé dónde.

Pero es la gente, la gente peregrina, lo que me tiene deslumbrado. Es obvio que me he cruzado con docenas de conocidos, con unos había compartido solo tiempo, con otros saludos, y con otros charlas, pero aquí todo se traduce en abrazos, felicitaciones, gestos de complicidad y un sentimiento muy compartido no ya de "lo hemos hecho', sino de "a ver qué hacemos ahora", ese sentimiento es unánime, muy fuerte y muy emocionante.

Hay alegría desbordante y no sé muy bien a qué me he dedicado esta tarde, solo se que he tomado muchos vinos, besado a mucha gente, reído como un imbécil y caeré rendido en un pequeño albergue junto a la catedral, en una habitación con sábanas (increíble lujo) y un balcón contra las torres platerescas.


Mañana ya me dedicaré visitas, botafumeiros, sellos con el deán, despedidas y, sobre todo, a encontrarme con Yayo. No se me ocurre mejor cierre.

¿Quien ha dicho que estos 750 km son el final? Feliz Camino

2 comentarios:

  1. Enorabuena papá,
    lo has hecho muy bien,
    luego me lo cuentas :)

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  2. Tu has venido a maravillarte y yo me maravillo contigo.

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