De San Millán de la Cogolla a Grañon

No está tan mal lo de la carretera. Machaca los pies pero vas muy rápido.

He hecho 26 km con una media de más de 6 k/h, que es muchísimo mas que lo que ando rápido en los paseos atléticos por el paseo marítimo.

Siguiendo la estrategia de evitar las "paradas oficiales" he pasado Santo Domingo de la Calzada y me ha pillado una buena. Ya conozco los distintos sonidos de los truenos, los que quiebran el cielo y los que lo hacen rodar, pero no conocía el sonido de los rayos cuando los tienes cerca. Es un zumbido agudo, como de cremallera de bragueta (siento la figura poética, pero creo que estoy perdiendo las maneras).

En Grañón estoy disfrutando con una casa "anti-camino" donde no te sellan ni te cobran, pero hay gente muy divertida, hacemos pintadas y veremos lo que nos dan de cenar, porque compartir eso y el desayuno es la única norma.

He llegado cansado, naturalmente, pero me he puesto las pilas tomando vinos y haciendo risas con esta gente.

Me voy porque tenemos que cambiar de sitio al burro de un peregrino y hacer una asamblea para decidir si lo que tiene otra chica es una ampolla operable o un callo, en cuyo caso habrá que recortar una compresa íntima a la medida de sus botas.

Esto va cambiando de color, y mañana entro en Castilla. Buen Camino!

Nota para los planes mochileros de Lucas: Haciendo dedo bajo una tormenta y con concha de peregrino, no te para ni dios. Y me lo reafirma un francés que ayer me encontré en la estación de Logroño, donde volvió a coger un bus después de perder dos días intentando que alguien le cogiera en la carretera para volver a casa. El hombre tenía unas hechuras parecidas a las mías, no precisamente el aspecto de un violador en serie (creo)