martes, 4 de junio de 2013

De Sansol a Logroño

Hoy también he empezado "tarde", cuando he salido de la casa, y nada mas cerrar, me he dado cuenta que había dejado los bastones dentro ¿ dónde encuentro a Nines para que me abra? Voy a hacerlo corto: preguntando en catalán a su novio Eugeni, que está en Gerona, a ver si se enrolla y me la localiza. Qué invento lo de los móviles!

Otro invento fantástico es el sombrero de Máximo con su pañuelito por el cogote. Al principio te da la sensación de ir de Gary Cooper en Beau Geste, pero realmente son muchas horas, muchas mañanas, caminando hacia el oeste siempre con el sol a la espalda. Me reía anoche con el inglés llamándole "lobster neck".

Es verdad todo lo que se dice del Camino, los tópicos siempre se respaldan sobre cosas ciertas aunque se exageren. Ha llegado el momento en que andar se convierte en algo mecánico (el "no me siento las piernas" de Rambo). Caminas y pierdes la noción de lo que estás haciendo, tanto es así que tiene que ser dura la rampa para aflojar el ritmo. Die mechanische Bein. Es ahí donde el cuerpo te dice "¿Dónde carajo te crees que vas?" y le das un respirito.

La Rioja. Campo precioso y ciudad amarrada al siglo XIX. Es fascinante el tipo de tiendas, las señoronas, el ambiente... haría fotos a casi todos los comercios y los escaparates.

Y mañana de vacaciones. En lugar se seguir caminando hasta Nájera, que me la conozco bien, cogeré un autobús para pasar el día visitando los monasterios que hay juntos y a los que nunca he ido: San Millán de la Cogolla, Yuso y Suso, para empaparme de Berceo y del castellano original. Dormiré con los frailes y enlazo desde ahí caminando otros 18 km hasta Santo Domingo de la Calzada, donde me reincorporo al Camino.

De la experiencia estupenda de anoche, durmiendo en un sitio que se supone que no es fin de etapa, he aprendido algo: me he fijado por las mesas del albergue y prácticamente TODOS los guiris llevan la misma guía, por lo que prácticamente TODOS paran en los mismos sitios. Aunque a partir de ahora ya empiezo a notar bajas, el escaparme de los sitios de oleadas de desembarco merece la pena.

Y así vamos, me encuentro bien. Buen Camino

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